Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
A las crisis de empleo, seguridad, financiera y de salud
que fueron la constante en todo el sexenio pasado, habrá que añadir a los saldos
del único régimen perredista que ha tenido Tabasco el crecimiento en los indicadores
de pobreza.
Esto significa que el gobierno nuñista no sólo no contribuyó a que la población tabasqueña
mejorara sus condiciones de vida, sino que lo que hizo o dejó de hacer –sea por
malas políticas públicas o malas prácticas– abonó a que haya más pobres en el
estado.
Aunque, en honor a la verdad, tampoco puede
responsabilizarse al gobierno de Arturo
Núñez Jiménez de que, por su culpa, se tuvieron los índices más altos de
desocupación e inseguridad, cuando en ello influyeron factores externos.
Cuando se sepa a fondo, si es que llega a saberse, qué
manejo se dio al presupuesto 2018 –que falta por calificarse en el Congreso
local–, podremos enterarnos porqué el dinero que se dispuso en las arcas estatales
no alcanzó para llevar a buen puerto programas
sociales y asistenciales dirigidos a combatir la pobreza y las desigualdades, y
si fue cierto que por ‘insuficiencia presupuestal’ dejaron de cubrir los apoyos
a sus beneficiarios hacia el final del régimen.
Si la revisión de la cuenta pública del año
anterior se hace con lupa, en forma minuciosa, pulcra y transparente, los
tabasqueños podrán tener información fidedigna sobre los desvíos de recursos –que
hoy son solo trascendidos– en las secretarías de Salud, de Educación y de
Desarrollo Social, por citar sólo tres áreas, y si la acción deshonesta o ineficaz
de funcionarios públicos fue factor para que no se cumplieran las metas de la
política social nuñista.
Si nos atenemos a las estadísticas, el gobierno
pasado reprobó en la efectividad de
su política social, pues según el último reporte del Consejo Nacional de Evaluación de
la Política de Desarrollo Social (Coneval), 53.6 por ciento de los tabasqueños se
encontraba en 2018 en situación pobreza, un incremento de 2.7 puntos
porcentuales en comparación con la medición de 2016 que fue de 50.9 por ciento
(Telerreportaje, 06Ago.2019). Esto representa que más
de cinco de cada diez tabasqueños viven en condiciones de pobreza, porque sus
ingresos no satisfacen los requerimientos indispensables en su hogar.
“No sólo la mitad de
nuestra población vive en pobreza, sino que aumentamos: más de la mitad tiene
una carencia. No podemos tapar el sol con
un dedo; los números ahí están, son fríos, no tienen sentimientos y
reflejan una cruda realidad que tenemos que atender”, expresó el secretario de
Bienestar, Mario Llergo Latournerie
sobre el reporte de Coneval. (Telerreportaje, 08Ago.2019)
El funcionario estatal
refutó a quienes dicen que el gobierno de Tabasco no tiene programas propios
para combatir la pobreza, y refirió que meses atrás, el gobernador Adán Augusto López Hernández signó un
convenio con los 17 alcaldes, para destinar recursos a las comunidades de muy
alta marginación.
El mandatario tabasqueño apuntó que abatir
los índices de pobreza y desigualdad es uno de los retos de los gobiernos federal
y estatal; “por eso ustedes ven que hay políticas públicas federales destinadas
a eso: el programa Sembrando Vida, Jóvenes Construyendo el Futuro, que
intentan mejorar el ingreso de los más desprotegidos”.
–¿Maquillaron esos números en administraciones pasadas, porque ellos
hablaban de una disminución? –se le preguntó.
“Yo reconozco lo que el Coneval
señala, pero esa es nuestra ruta (abatir los índices)”, subrayó López Hernández.
Independientemente de que en septiembre
concluirán las auditorías que se aplican a 14 dependencias estatales en las que
se observaron irregularidades, y que para fin de año se estará calificando la
cuenta pública 2018 del Ejecutivo del estado, ya hay un saldo negativo para el
anterior régimen en materia social: deja un estado con más pobreza.
Al final, lo que hizo el gobierno de Núñez
en materia de vivienda, apoyo a la economía de traspatio y rescate del campo, y
fomento a las inversiones no petroleras, no impactó en los indicadores de
bienestar de sus gobernados, porque –según el Coneval– dejó más pobres.
Aunque el reprobado fue el gobierno nuñista, los platos rotos de políticas y funcionarios ineficaces, de las prácticas
deshonestas que se dieron con el manejo de los recursos públicos, los habrá de pagar el PRD en las urnas en las
elecciones intermedias de 2021.
Quizá
este partido ya comienza a cosechar
en simpatías ciudadanas, lo que significa no haber aprovechado su oportunidad histórica de detentar el
poder absoluto en Tabasco y desperdiciarla otorgándole cargos públicos a gente
sin preparación, ni capacidad, ni espíritu de servicio –y a algunos que contribuyeron
a evidenciar su fracaso como partido gobernante, todavía los premió con
diputaciones–; baste un dato: después de haber tenido en su padrón de
militantes a 260 mil afiliados, ahora apenas tiene
cinco mil en el estado. Qué vergüenza.
AL GRANO
EXPRESAMOS NUESTRAS condolencias a los queridos amigos Jorge Alberto y Julio César Javier Quero, por el sentido deceso de su querida
madre, doña Carmen Quero Taracena de
Javier… Para ellos y sus familias, un abrazo fuerte y fraterno…
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