Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Creo que a estas alturas –la tarde de domingo en que se redacta esta columna
no hay resultados ni tendencias aún– no importa mucho si el ganador fue el
campechano Alejandro Moreno Cárdenas
o la yucateca Ivonne Ortega Pacheco,
sino qué hará el ganador con la dirigencia partidista, hacia dónde conducirá al
descalabrado y moribundo PRI.
¿Trabajarán los nuevos
dirigentes a marchas forzadas para
recomponer sus estructuras, recobrar la unidad y el fervor tricolor de su voto duro –¿queda?–, y atraer nuevos
adeptos con miras a contiendas venideras, sobre todo las del 2021, o el Comité
Ejecutivo Nacional será sólo un parapeto para designar candidatos y encarrilar al
nuevo líder hacia la nominación presidencial del 2024?
En los planos nacional y estatal no se vislumbran
expectativas favorables para el Revolucionario Institucional en los procesos
electorales en puerta, debido a la desconfianza que le tienen los ciudadanos por
su proclividad a las imposiciones en la designación de candidatos y dirigentes,
y a la corrupción que llevan tatuada en
su forma de actuar sus cuadros que ocupan cargos públicos.
Los últimos gobernantes emanados de sus
filas –Enrique Peña Nieto, quien
recobró la Presidencia de la República en 2012, y Andrés Granier Melo, que en 2007 llegó al gobierno de Tabasco con
la más alta expectativa ciudadana– se encargaron de dar las últimas paladas de
tierra sobre el féretro tricolor.
Un dato que ilustra cómo los tabasqueños
que pertenecían al PRI lo han abandonado, lo dio a conocer el presidente de la Comisión Estatal de Procesos Internos,
Freddy Priego Priego, quien precisó
que en los últimos dos años más de 22 mil militantes se habrían afiliado a
otros partidos políticos, tras los últimos procesos de verificación que realizó
el INE. Con esto, el padrón del PRI que era de 165 mil militantes, quedó
en 155 mil 740. (Telerreportaje, 10Ago.2019)
Habrá que acotar que estos
22 mil ciudadanos fueron borrados del padrón priista en virtud que
sus nombres –según el INE– aparecieron en los de otros partidos. Si desertaron,
fallecieron, no tienen su INE
vigente, o se trata de homónimos, será una cuestión que deberán esclarecer el
órgano electoral y el PRI. Y es que de acuerdo al dirigente estatal del tricolor, Pedro Gutiérrez Gutiérrez, son sólo 250
militantes que en los últimos dos años han presentado su renuncia, la mayoría
después de las elecciones de 2018. (XEVA
Noticias, 11Ago.2019)
Por cierto, Pedro Gutiérrez ventiló ayer que tres
prominentes miembros del régimen morenista
en Tabasco: Enrique Priego Oropeza,
presidente del Tribunal Superior de Justicia; Jaime Lastra Bastar, fiscal general del Estado, y Guillermo Narváez Osorio, secretario de
Educación, siguen perteneciendo al PRI o no han presentado la renuncia a sus
filas. Quien sí dejó de pertenecer a ese partido es Mario Llergo Latournerie, secretario de Bienestar.
¿Qué pasará después de la elección interna de este
domingo? El presidente del PRI en Tabasco remarcaba el sábado 10 que en
este proceso los priistas “tienen la gran oportunidad de comenzar a escribir
otra historia en la vida de nuestra organización, que acaba de cumplir 90 años,
y que ha sido el principal arquitecto de las instituciones políticas y sociales
que hoy nos rigen”.
Desde luego que la
historia registra todo lo bueno y lo malo que ha hecho el PRI. Las
instituciones de la República y el entramado legal que aún rige nuestra
convivencia, son su legado. Pero también a este partido debemos el saqueo de la
patria, el enriquecimiento indebido de quienes han llegado a cargos públicos, y
el empobrecimiento de más de la mitad de los mexicanos por sus ineficaces
políticas públicas y la inequitativa distribución de la riqueza nacional.
En fin, el miércoles 14,
la Comisión Nacional de Procesos Internos integrará el cómputo de todo el país
para dar a conocer los resultados definitivos, y el domingo 18 habrán de rendir
protesta los nuevos dirigentes en su sede Insurgentes
Norte, en la Ciudad de México. Y, la verdad, no importa mucho quien haya
ganado, ni con cuántos votos.
Digo que no importa si
acudieron los más de seis millones de militantes a votar, o una insignificante
cifra de priistas –como se deduce de la baja afluencia ayer– que aún confían en
que su partido es la mejor opción para gobernar este país; tampoco, si ganó
Alejandro Moreno o Ivonne Ortega. Lo verdaderamente relevante será si los priistas
están decididos a deshacerse de las viejas
prácticas que lo han corroído, y si sus nuevos dirigentes están dispuestos
a llevarlas cabo.
¿Se sacudirán los priistas la simulación, las
imposiciones cupulares y esa subcultura
de hacerse fraude entre ellos mismos, o seguirán escribiendo la misma historia
hasta la extinción de su partido? Veremos.
AL GRANO
EN
VIRTUD que debemos atender asuntos personales, esta columna dejará de
publicarse las siguientes dos semanas… Nos leemos el lunes 26 de agosto, Dios
mediante, Sin Rodeos…
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