Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Una de las expectativas que los ciudadanos ponen en
sus gobernantes cuando se inicia un periodo sexenal –que ellos traen como
compromiso de campaña–, es que pongan fin a los despilfarros de recursos
públicos y a las obras de relumbrón, y
que combatan la corrupción e impunidad que la encubre.
No hay político que haya gobernado esta tierra, que
no haya dilapidado el presupuesto asignado, sea para darse la gran vida junto a su parentela y
colaboradores, o en obras innecesarias que acaban convertidas en elefantes blancos. La palabra austeridad
no existió en su vocabulario.
El nuevo régimen que se instauró en Tabasco el 1°
de enero prometió una nueva forma de hacer política desde el poder, al margen
de derroches y manteniendo una estricta disciplina en el ejercicio del gasto
público, lo cual era obligado ante el déficit financiero de cinco mil 400
millones de pesos encontrado.
Dada
la quiebra financiera, el gobernador Adán
Augusto López Hernández expuso que al inicio de su gestión no le quedó de
otra que reorientar el gasto, reordenar la administración pública, y combatir
el déficit mediante una política de austeridad
republicana.
En
su Primer Informe –el domingo 10– López
Hernández precisó que en 11 meses se han podido recuperar mil 500 millones de pesos
que se iban en gastos superfluos: renta
de aviones y helicópteros, escoltas, operación de la Casa de Gobierno (Quinta Grijalva), y en una partida de
comunicación social; “eso se ha terminado, nos toca ahora una nueva etapa”,
remarcó.
El lunes 11 volvió a machacar con el tema, al
recomendar a sus colaboradores que del 19 al 28 de noviembre habrán de
comparecer ante el pleno del Congreso local para la glosa del Primer Informe, que
se conduzcan con austeridad.
Resaltó que a diferencia
de lo que se hacía en el pasado para difundir los logros de un gobernante, esta vez no hubo gastos en publicidad en
medios locales, ni nacionales. “Somos el único estado del país donde no se
publicita el informe de gobierno… hay que desacralizar
todo eso”, asentó.
Tampoco ha habido gobernantes
que hayan librado el capítulo de la integridad en el desempeño de sus encargos;
los que no han robado, permitieron que lo hicieran sus colaboradores, y cuando
pudieron hacer ajuste de cuentas con
los casos de deshonestidad que encontraron a sus antecesores, acabaron
haciéndose de la vista gorda, por más
testimonios publicados en medios de comunicación y exigencias ciudadanas de que
se castigara a los corruptos.
Quizá la mayor decepción que dejó Arturo Núñez Jiménez –primer gobernador
no priista en ocho décadas– fue que no cumplió su promesa de encarcelar a
quienes se enriquecieron con el erario o hicieron grandes negocios desde sus
cargos públicos.
Hoy no sólo están libres todos aquellos granieristas a los que persiguió, acusó
y encarceló el nuñismo, sino que a la
lista de saqueadores se sumaron muchos de los colaboradores de Arturo Núñez, a
algunos de los cuales no sólo protegió de la acción de la justicia sino que les aseguró una curul en el Congreso
local.
Luego que a fines del año pasado la actual 63
Legislatura local validó la cuenta pública 2017 del Ejecutivo, muchos dudaban
que el régimen que inició el 1° de enero emprendería acciones legales contra el
nuñismo; llegó a especularse que
había un pacto de impunidad.
La misma 63 Legislatura, al calificar la cuenta
pública 2018 del gobierno de Arturo Núñez, no sólo reprobó la correspondiente al Ejecutivo, sino también la del Poder
Judicial –que jamás había sido tocado ni con el pétalo de una ‘observación’ del Órgano Superior de Fiscalización
del Estado– y de 12 de los 17 ayuntamientos.
Ahora, ante los reclamos de actores políticos y ciudadanos
de que el asunto no quede en la mera reprobación
de las cuentas públicas sino se proceda a interponer querellas penales, para
que se castigue a los ex funcionarios corruptos y se les obligue a retribuir el
dinero sustraído al erario, el mandatario estatal tuvo en su mensaje por el Primer Informe, una respuesta puntual:
“Tabasco no será ya,
nunca más, el reino de la corrupción y de
la impunidad… quienes tienen la obligación de procurar e impartir la
justicia, que lo hagan con estricto apego a derecho, que respeten los derechos
de todos, y quien deba rendir cuentas, deba comparecer ante la justicia, lo
haga sin exclusión de nadie”.
Llamar a rendir cuentas a quienes incurrieron en excesos durante su
desempeño como servidores públicos, ya no es hoy solo una expectativa sino la
exigencia de la sociedad tabasqueña, sumida en crisis en su economía, de
seguridad y de servicios básicos, precisamente porque gran parte de los
millonarios presupuestos que ha tenido Tabasco se han ido por la coladera del despilfarro o se lo han
embolsado políticos inmorales, que nunca recibieron castigo.
AL GRANO
TABASCO
ESTÁ RECUPERANDO su predominio en la realización de grandes eventos de talla
nacional e internacional… Primero fue, en octubre, el Festival Cultural Ceiba 2019, que logró rescatarse… Ahora está la Feria Internacional de la Lectura y el Libro,
Fileli 2019, y antes que termine
noviembre tendremos el Festival del
Chocolate 2019…
Usted está muy en lo correcto señor Fernando Hernández G.
ResponderEliminarSiga así.
Saludos compadre. Bien tus comentarios
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