Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Tabasco
enfrenta una situación complicadísima por los recortes a inversiones, proyectos
y plantilla laboral en Petróleos Mexicanos. Cientos de negocios de todos los
giros mercantiles –no necesariamente proveedores y prestadores de Pemex– han quebrado y sus empleados y hasta
propietarios se han sumado a la lista de la nueva población cesante.
Negocios
como restaurantes, hoteles –incluyendo los recién inaugurados– y hasta centros
de diversión que tenían buenos niveles de ingresos, sobre todo los días de catorcena, se las han visto negras para sobrevivir, y para no bajar sus cortinas han tenido que
reducir personal al mínimo.
Quizá este
sea el momento en que más casas en renta hay en la capital tabasqueña después
de la inundación de 2007, debido a que muchas familias han tenido que regresar
a sus lugares de origen al cancelárseles la fuente de ocupación en Pemex, en
las empresas que les brindaban servicios, o los ingresos por las bajas o nulas
ventas de sus negocios.
Pemex, quizá
el más grande empleador en la entidad, ha dejado de serlo. No sólo ya no abre
nuevas plazas sino que, de manera disfrazada, despide a personal, sobre todo
con categoría de confianza, al que se le obliga a renunciar ‘voluntariamente’ o
‘jubilarse’ de manera anticipada.
A miles de
trabajadores eventuales o transitorios que con regularidad recibían contratos
desde hace muchos años –porque no han tenido ‘palancas’ para hacerse de una
plaza–, también se les está cancelando la oportunidad de seguir laborando.
Ellos, junto
con los empleados despedidos de empresas que le trabajaban a Pemex, se han
sumado a la población desocupada de la entidad.
Una realidad
atribuida al desplome de los precios del petróleo, que no se sabe cuándo
salvará la Reforma Energética del
Presidente Enrique Peña Nieto. Y no
será en el corto plazo.
Los despidos
drásticos no han llegado al personal sindicalizado de Pemex. Todavía. Pero sí
afecta a todo lo que no está protegido por contrato colectivo de trabajo con la
paraestatal.
Por eso la
diputada federal Georgina Trujillo Zentella
sostiene que en Pemex no hay despidos. Cuando su entrevistador en el programa Telerreportaje del viernes 22 le
insistió. Ella Lo paró en seco: “Quiero que un trabajador en
activo con su plaza, con su base de Pemex que lo hayan despedido, quisiera me
digan… ¿dónde están?”.
Como si no
fuera tan grave lo que sucede en torno a los miles de trabajadores –aquí y en
todas las zonas petroleras del país– que se han quedado sin empleo, la
presidenta de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, pareciera vivir
en otra realidad.
“Lo que Pemex ha venido
haciendo –asentó– son jubilaciones cuando ya tenían la edad de retiro o especiales
que es una especie de jubilación adelantada, pero es voluntario. No ha habido
despidos en ese sentido; me parece ha habido un esfuerzos importante para que
la base sindical no tenga que pagar el costo de la volatilidad de los precios
del petróleo a nivel internacional”.
–De hecho
te lo comentan los mismos empleados de Pemex que están en la zozobra porque vienen
los recortes –le atajó el comunicador Emmanuel Sibilla Oropesa.
“Yo creo que aquí hay mucho de especulación en
esto. Creo que sin lugar a dudas hay una crisis, hay una situación que hay que
enfrentar, pero no se está enfrentando por la vía del despido masivo de
personal; insisto, ha habido muchas jubilaciones, no forzadas, se tiene que
acoger el trabajador a ese beneficio”,
sostuvo.
Y
agregó: “No hay despidos masivos; ha habido ajustes, pero sobre todo del
personal de confianza”.
–‘Ajustes’, ¿a qué te refieres? ¿Despidos? –se le insistió.
“Liquidaciones;
ha habido liquidaciones, sobre todo en personal de confianza. No necesariamente
lo puedes llamar un despido, porque al final del día, después de que tú aceptas
una liquidación, no puedes llamarte despedido”.
Jubilaciones,
retiros adelantados, ajustes, liquidaciones ‘voluntarias’, como se le quiera
decir, lo cierto es que hoy existen miles de hogares a donde no están llegando
los recursos de la catorcena, y los
pocos ahorros comienzan a agotarse. La zozobra comienza a apoderarse de los
jefes de familia.
Eso sí, para alimentar nuestro optimismo, “Tabasco no ha sido de los
estados más afectados”, enfatiza Gina
Trujillo, quien es la primera que se anota para la candidatura priista a la
gubernatura que se disputará en 2018. Y al final ganó su propio reto, porque
ningún ‘despedido’ de Pemex acudió a la radiodifusora.
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