martes, 26 de abril de 2016

Columna SIN RODEOS: El mundo según Gina

Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com

Tabasco enfrenta una situación complicadísima por los recortes a inversiones, proyectos y plantilla laboral en Petróleos Mexicanos. Cientos de negocios de todos los giros mercantiles –no necesariamente proveedores y prestadores de Pemex– han quebrado y sus empleados y hasta propietarios se han sumado a la lista de la nueva población cesante.
Negocios como restaurantes, hoteles –incluyendo los recién inaugurados– y hasta centros de diversión que tenían buenos niveles de ingresos, sobre todo los días de catorcena, se las han visto negras para sobrevivir, y para no bajar sus cortinas han tenido que reducir personal al mínimo.
Quizá este sea el momento en que más casas en renta hay en la capital tabasqueña después de la inundación de 2007, debido a que muchas familias han tenido que regresar a sus lugares de origen al cancelárseles la fuente de ocupación en Pemex, en las empresas que les brindaban servicios, o los ingresos por las bajas o nulas ventas de sus negocios.
Pemex, quizá el más grande empleador en la entidad, ha dejado de serlo. No sólo ya no abre nuevas plazas sino que, de manera disfrazada, despide a personal, sobre todo con categoría de confianza, al que se le obliga a renunciar ‘voluntariamente’ o ‘jubilarse’ de manera anticipada.
A miles de trabajadores eventuales o transitorios que con regularidad recibían contratos desde hace muchos años –porque no han tenido ‘palancas’ para hacerse de una plaza–, también se les está cancelando la oportunidad de seguir laborando.
Ellos, junto con los empleados despedidos de empresas que le trabajaban a Pemex, se han sumado a la población desocupada de la entidad.
Una realidad atribuida al desplome de los precios del petróleo, que no se sabe cuándo salvará la Reforma Energética del Presidente Enrique Peña Nieto. Y no será en el corto plazo.
Los despidos drásticos no han llegado al personal sindicalizado de Pemex. Todavía. Pero sí afecta a todo lo que no está protegido por contrato colectivo de trabajo con la paraestatal.
Por eso la diputada federal Georgina Trujillo Zentella sostiene que en Pemex no hay despidos. Cuando su entrevistador en el programa Telerreportaje del viernes 22 le insistió. Ella Lo paró en seco: “Quiero que un trabajador en activo con su plaza, con su base de Pemex que lo hayan despedido, quisiera me digan… ¿dónde están?”.
Como si no fuera tan grave lo que sucede en torno a los miles de trabajadores –aquí y en todas las zonas petroleras del país– que se han quedado sin empleo, la presidenta de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, pareciera vivir en otra realidad.
Lo que Pemex ha venido haciendo –asentó– son jubilaciones cuando ya tenían la edad de retiro o especiales que es una especie de jubilación adelantada, pero es voluntario. No ha habido despidos en ese sentido; me parece ha habido un esfuerzos importante para que la base sindical no tenga que pagar el costo de la volatilidad de los precios del petróleo a nivel internacional”.
De hecho te lo comentan los mismos empleados de Pemex que están en la zozobra porque vienen los recortes –le atajó el comunicador Emmanuel Sibilla Oropesa.
“Yo creo que aquí hay mucho de especulación en esto. Creo que sin lugar a dudas hay una crisis, hay una situación que hay que enfrentar, pero no se está enfrentando por la vía del despido masivo de personal; insisto, ha habido muchas jubilaciones, no forzadas, se tiene que acoger el trabajador a ese beneficio”, sostuvo.
Y agregó: “No hay despidos masivos; ha habido ajustes, pero sobre todo del personal de confianza”.
‘Ajustes’, ¿a qué te refieres? ¿Despidos? –se le insistió.
“Liquidaciones; ha habido liquidaciones, sobre todo en personal de confianza. No necesariamente lo puedes llamar un despido, porque al final del día, después de que tú aceptas una liquidación, no puedes llamarte despedido”.
Jubilaciones, retiros adelantados, ajustes, liquidaciones ‘voluntarias’, como se le quiera decir, lo cierto es que hoy existen miles de hogares a donde no están llegando los recursos de la catorcena, y los pocos ahorros comienzan a agotarse. La zozobra comienza a apoderarse de los jefes de familia.
Eso sí, para alimentar nuestro optimismo, “Tabasco no ha sido de los estados más afectados”, enfatiza Gina Trujillo, quien es la primera que se anota para la candidatura priista a la gubernatura que se disputará en 2018. Y al final ganó su propio reto, porque ningún ‘despedido’ de Pemex acudió a la radiodifusora.

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