Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Un hecho es
innegable: la Federación tiene castigado a Tabasco. No sólo las participaciones
federales han ido a la baja en términos reales sino también los compromisos
presidenciales asumidos con la entidad han quedado, si no varados, sí reducidos
al punto de que no tienen para cuándo terminarse.
Superados
dimes y diretes por la reubicación del reloj
floral de Villahermosa y la construcción de la estatua al ex gobernador Leandro Rovirosa Wade, ahora el debate
de los actores políticos apuntó hacia el trato que el gobierno de la República
da a nuestro estado.
Obras
canceladas o pospuestas es lo que caracteriza la acción del gobierno del
Presidente Enrique Peña Nieto en la
entidad. Nos tiene “en pausa”, como diría el director del Centro SCT Tabasco, Sergio Herrera Concha, citado aquí en
la entrega del viernes 21.
Tras darse a
conocer que de los seis distribuidores viales sobre el bulevar Adolfo Ruiz Cortines, ofrecidos en
campaña por Peña Nieto, sólo uno podría materializarse, el secretario de
Gobierno, César Raúl Ojeda Zubieta,
lamentó el lunes 25 la lentitud con que el gobierno federal ha atendido a
Tabasco en programas y obras comprometidas.
“Si ustedes ven el desarrollo de obras
que se han comprometido en otros estados, como Campeche o Yucatán, de inmediato
las sacan adelante. Para nosotros, el camino es muy lento”, remarcó el número 2 del gobierno estatal.
Para el ex gobernador Manuel Andrade Díaz, quien es ahora
coordinador de la banca priista en el Congreso local, los programas y apoyos
extraordinarios de la Federación no se han concretado por la “mala relación”
del gobierno estatal con el régimen peñista.
Su
contraparte perredista, José Antonio de
la Vega Asmitia, quien preside la Junta de Coordinación Política del
Legislativo, señaló que esto no es de ahora, pues Tabasco y el sureste han estado olvidados por siempre por la
Federación.
Además
negó que exista conflicto en la relación de los gobiernos de Enrique Peña Nieto
y Arturo Núñez Jiménez.
“Esos son
dichos (de Andrade); la relación se ha acreditado. El gobernador es un hombre
que conoce las instituciones, que ha trabajado muchos años en el gobierno
federal y por supuesto que mantiene una relación respetuosa e institucional con
el Presidente de la República y con el resto de los integrantes del gabinete”,
sostuvo De la Vega.
El
distribuidor vial que podría salvarse
–de los seis que Peña Nieto comprometió ante notario que haría en Villahermosa–
sería el previsto erigir en la confluencia de Ruiz Cortines y avenida Universidad,
una de las arterias más conflictivas en cuanto a tránsito vehicular.
Difícilmente
–con los recortes tan drásticos al presupuesto federal por la caída de los
precios del petróleo– esta obra se realizará este año. Posiblemente se comience
en 2017, si bien nos va. El gobernador Núñez ha sido insistente ante la
Federación para que cuando menos este proyecto no se cancele.
Otra obra
que la Federación ha venido ejecutando a paso
de tortuga es el libramiento de Villahermosa, que empezó a construirse en
2008. A la vía de 30.6 kilómetros le faltan seis kilómetros, y todo indica que
será a través del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) como se
conseguirán los mil 300 millones de pesos que faltan para terminarla.
Para ello
fue necesario estar machacándole al titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, para que esta obra –que le quitará al
tránsito urbano los vehículos pesados con destino a la Península de
Yucatán– no se postergue más.
No puede
hablarse de un ‘mal trato’ entre los mandatarios federal y estatal. Hay una
comunicación directa entre ambos, provechosa para el estado, que se vio desde
antes de que Núñez Jiménez trasladara su residencia a la Quinta Grijalva, y fue para comenzar a resolver la grave crisis
hospitalaria heredada por su antecesor.
Lo mismo
puede decirse del trato del gobernador con integrantes de los gabinetes
presidencial y ampliado, como lo evidencia el anuncio del propio Núñez, de que una
unidad de inteligencia de la División de Gendarmería de la Policía Federal, llegará
pronto a la ciudad de Cárdenas y estará dedicada a la investigación y
prevención del delito.
Esto fue
resultado de un acuerdo con el comisionado nacional de Seguridad, Renato Sales
Heredia.
El
problema, entonces, no es de relación sino de trato. Tenemos que insistir hasta
lograr que el gobierno de la República voltee a Tabasco y le devuelva parte de
la riqueza que se lleva de nuestro subsuelo.
Desde el régimen de Salvador Neme
Castillo y acentuado en el de Andrés
Granier Melo, a Tabasco le han ninguneado los recursos que le corresponden
por lo que aporta a la Nación en petróleo y gas. Los caudales que se lleva
Pemex, no pueden regresar convertidos en recursos a cuenta gotas.
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