jueves, 28 de abril de 2016

Columna SIN RODEOS: ¿Mala relación o mal trato?

Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com

Un hecho es innegable: la Federación tiene castigado a Tabasco. No sólo las participaciones federales han ido a la baja en términos reales sino también los compromisos presidenciales asumidos con la entidad han quedado, si no varados, sí reducidos al punto de que no tienen para cuándo terminarse.
Superados dimes y diretes por la reubicación del reloj floral de Villahermosa y la construcción de la estatua al ex gobernador Leandro Rovirosa Wade, ahora el debate de los actores políticos apuntó hacia el trato que el gobierno de la República da a nuestro estado.
Obras canceladas o pospuestas es lo que caracteriza la acción del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto en la entidad. Nos tiene “en pausa”, como diría el director del Centro SCT Tabasco, Sergio Herrera Concha, citado aquí en la entrega del viernes 21.
Tras darse a conocer que de los seis distribuidores viales sobre el bulevar Adolfo Ruiz Cortines, ofrecidos en campaña por Peña Nieto, sólo uno podría materializarse, el secretario de Gobierno, César Raúl Ojeda Zubieta, lamentó el lunes 25 la lentitud con que el gobierno federal ha atendido a Tabasco en programas y obras comprometidas.
“Si ustedes ven el desarrollo de obras que se han comprometido en otros estados, como Campeche o Yucatán, de inmediato las sacan adelante. Para nosotros, el camino es muy lento”, remarcó el número 2 del gobierno estatal.
Para el ex gobernador Manuel Andrade Díaz, quien es ahora coordinador de la banca priista en el Congreso local, los programas y apoyos extraordinarios de la Federación no se han concretado por la “mala relación” del gobierno estatal con el régimen peñista.
Su contraparte perredista, José Antonio de la Vega Asmitia, quien preside la Junta de Coordinación Política del Legislativo, señaló que esto no es de ahora, pues Tabasco y el sureste han estado olvidados por siempre por la Federación.
Además negó que exista conflicto en la relación de los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Arturo Núñez Jiménez.
“Esos son dichos (de Andrade); la relación se ha acreditado. El gobernador es un hombre que conoce las instituciones, que ha trabajado muchos años en el gobierno federal y por supuesto que mantiene una relación respetuosa e institucional con el Presidente de la República y con el resto de los integrantes del gabinete”, sostuvo De la Vega.
El distribuidor vial que podría salvarse –de los seis que Peña Nieto comprometió ante notario que haría en Villahermosa– sería el previsto erigir en la confluencia de Ruiz Cortines y avenida Universidad, una de las arterias más conflictivas en cuanto a tránsito vehicular.
Difícilmente –con los recortes tan drásticos al presupuesto federal por la caída de los precios del petróleo– esta obra se realizará este año. Posiblemente se comience en 2017, si bien nos va. El gobernador Núñez ha sido insistente ante la Federación para que cuando menos este proyecto no se cancele.
Otra obra que la Federación ha venido ejecutando a paso de tortuga es el libramiento de Villahermosa, que empezó a construirse en 2008. A la vía de 30.6 kilómetros le faltan seis kilómetros, y todo indica que será a través del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) como se conseguirán los mil 300 millones de pesos que faltan para terminarla.
Para ello fue necesario estar machacándole al titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, para que esta obra –que le quitará al tránsito urbano los vehículos pesados con destino a la Península de Yucatán–  no se postergue más.
No puede hablarse de un ‘mal trato’ entre los mandatarios federal y estatal. Hay una comunicación directa entre ambos, provechosa para el estado, que se vio desde antes de que Núñez Jiménez trasladara su residencia a la Quinta Grijalva, y fue para comenzar a resolver la grave crisis hospitalaria heredada por su antecesor.
Lo mismo puede decirse del trato del gobernador con integrantes de los gabinetes presidencial y ampliado, como lo evidencia el anuncio del propio Núñez, de que una unidad de inteligencia de la División de Gendarmería de la Policía Federal, llegará pronto a la ciudad de Cárdenas y estará dedicada a la investigación y prevención del delito.
Esto fue resultado de un acuerdo con el comisionado nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia.
El problema, entonces, no es de relación sino de trato. Tenemos que insistir hasta lograr que el gobierno de la República voltee a Tabasco y le devuelva parte de la riqueza que se lleva de nuestro subsuelo.
Desde el régimen de Salvador Neme Castillo y acentuado en el de Andrés Granier Melo, a Tabasco le han ninguneado los recursos que le corresponden por lo que aporta a la Nación en petróleo y gas. Los caudales que se lleva Pemex, no pueden regresar convertidos en recursos a cuenta gotas.

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