Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Las
expectativas no son nada halagüeñas: Petróleos Mexicanos seguirá despidiendo
personal en los siguientes meses –por lo menos hasta 2017– y esto agudizará el
desempleo en las zonas petroleras, como Tabasco.
“Pemex:
desenlace trágico”, fue la cabeza de
portada del periódico Reporte Índigo
(26/abril/2016), que con estas palabras resume la situación de la paraestatal:
“El fatal
accidente ocurrido en el complejo petroquímico de Pajaritos es el último de los acontecimientos negativos que han
marcado a Pemex, afectado por la caída de los precios del petróleo, los
recortes presupuestales y los pasivos laborales”.
Por donde
se vea, a Pemex le está yendo mal. Los ingresos por exportaciones mexicanas de
petróleo fueron los más bajos en 14 años en el primer trimestre de 2016.
Contra
los 12 mil 425.1 millones de dólares obtenidos en el periodo enero-marzo de
2012, en 2016 las ventas del crudo mexicano apenas llegaron en ese lapso a dos
mil 679.2 millones de la divisa estadunidense. (El Financiero, 26/abril/2016)
En 2015
salieron de la paraestatal 11 mil 97 trabajadores. En el reporte del cese de
plazas del año pasado, Pemex reportó únicamente 294 ceses laborales por liquidación,
y los restantes 10 mil 803 salieron de la empresa por jubilación con el régimen
de prestaciones vigente, que incluye una pensión equivalente a 100 por ciento
de su salario. (El Economista,
25/abril/2016)
Se estima
que en todo 2016 Pemex dejará de utilizar los servicios de 13 mil 600
empleados. Ya lleva seis mil y van por otros siete mil 800.
Según Moisés Flores Salmerón, líder de la
Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros (Untypp) –citado por El Economista–, Pemex inició esta semana
el despido de hasta ocho mil empleados, en lo que será el segundo tramo de su
recorte de personal del año, que ascenderá a 13 mil 600 trabajadores.
Flores Salmerón apunta que,
presionada por sus atribuladas finanzas, Pemex redujo
el año pasado 7.6 por ciento su plantilla laboral a 135 mil 228 trabajadores, e
indicó que tenía presupuestado ajustar su plantilla 7.1 por ciento adicional a
125 mil 598 plazas para este año (10 mil 630 menos), aunque ello se planeó
antes de decretarse un recorte presupuestal de 100 mil millones de pesos en la
empresa para el 2016 en febrero.
Para el
representante de los técnicos petroleros, “los recortes continuarán para el 2017.
Estamos viendo que el programa de ajuste no terminará este año, la reestructura
que realiza la empresa continuará; por lo tanto, habrá más despidos y
desempleo”.
Lo grave
de esto es que a la par de que Pemex recorta
gastos y nómina, cierran empresas que le proveen bienes y servicios, y eso
multiplica el desempleo.
“Cuando
una persona pierde su empleo, otra comienza a perderlo, porque se reduce el
consumo, se generan rezagos en pagos de colegiaturas, rentas, coches y otras
deudas”, me dice un catedrático universitario con maestría en economía.
Y añade:
“Además de los indicadores de desempleo hay otra situación grave que no
analizamos: la subocupación o desempleo
disfrazado de personas que están empleadas pero en actividades que no
corresponden a su perfil”.
Se
refiere a “miles de profesionistas que se formaron en universidades o
tecnológicos y que desempeñan actividades con bajos salarios, que no
corresponden al nivel de su formación”.
Y eso que
todavía no se acaba el petróleo.
‘INE PAPERS’
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