Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Como si estuviera en sus mejores tiempos cuando ganaba de
todas, todas, en el PRI Tabasco se quiere vender la idea que la candidatura
al gobierno estatal ya está definida, que la diputada federal Georgina Trujillo Zentella está firme y que tiene el aval del precandidato presidencial José Antonio Meade Kuribreña. Sin
embargo, nadie habla que se esté dando en su interior un trabajo para amarrar la nominación con grupos y los
demás aspirantes.
Al Comité Ejecutivo Nacional parece no interesarle
Tabasco. Hay pruebas de sobra. Su máximo jerarca, Enrique Ochoa Reza, menosprecia a la dirigencia estatal y con ello
al priismo tabasqueño, al cancelar una, otra y muchas veces una visita al
estado para tomar el pulso a su
partido y alentar a los priistas a no bajar
la guardia, a unirse para tratar de recuperar
la plaza en el 2018.
Es lamentable que ante la ausencia de un liderazgo
local que lo conduzca, surjan figuras que pretenden apropiarse del timón, aunque lo que pretenden no es
reposicionar al partido sino llevar agua
a su molino; es decir, tener el instrumento para seguir enquistados en
cargos de elección popular.
No se ve por dónde pueda recuperarse el partido que
fue echado de la Quinta Grijalva en el 2012, sobre todo porque su estructura sigue
aferrada a decisiones verticales que parecen no tener para cuándo aterrizar, y la dirigencia gris de Gustavo de la Torre Zurita, en lugar de estar construyendo ahora un
proceso interno con piso parejo, del
que surja una candidatura competitiva, aceptada e incluso respaldada por todos los
aspirantes, está a la espera del clásico dedazo.
En 2012, el entonces candidato presidencial Enrique Peña Nieto palomeó al ex alcalde capitalino Jesús Alí de la Torre para que fuera el candidato a gobernador, al
final de un proceso interno harto manoseado,
y con esa decisión errónea condenó al PRI a su primer gran fracaso en el estado
en ocho décadas de hegemonía.
En 2017 parece que seguirán con el mismo libreto: Meade palomeará a Gina Trujillo,
quien no hace trabajo a ras de suelo
por ninguna parte, desprecia a sus oponentes y, a menos que ocurra un milagro,
el tricolor estará condenado otra vez
a seguir como oposición.
En Morena apostaron al dedazo de su jerarca nacional, porque no hay voz que pueda
contravenirlo so pena de sufrir las consecuencias. Pero eso es lo que les gusta;
tanto, que confían en que el factor
paisanaje de su precandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, arrastrará
a la victoria a los candidatos locales, incluido el nominado a gobernador.
En el PRD, el gobernador Arturo Núñez Jiménez pudo –por el peso político nacional que detenta– inclinarse por alguno de sus colaboradores
para que fuese candidato a sucederlo; empero, decidió apostar por un procedimiento
similar al que empleó el PRD hace seis años para nominarlo a él: una medición
de posicionamiento electoral entre los tres aspirantes registrados.
Hoy, Núñez Jiménez es garante de la limpieza de la encuesta que se aplicará entre el
viernes 15 y el domingo 17, y de que los seis aspirantes que tomarán parte en
el juego respeten el resultado.
El PRI, ante el desaliento de sus seguidores que
esperaban un juego abierto en el que
se les tomara en cuenta, y la decepción y justificado enfado del resto de los
aspirantes (Nicolás Bellizia Aboaf, Ignacio Lastra Marín, Ady García López y Benito Neme Sastré), recurrirá a sus usos y costumbres, con pronunciamientos de sectores, cargadas y toda la cosa, que los únicos votos que
le generan son de castigo.
El colega Víctor
Sámano tuvo una interesante conversación con Nicolás Bellizia. Le preguntó
algo que parece tan simple: ¿Cómo ve al
PRI en el estado? “Como lo marcan las encuestas: muy pegado en el tercer lugar”,
respondió el actual delegado del Infonavit en la entidad, aunque acotó que el
PRI tiene algo de lo que los otros partidos carecen: un voto duro que –dijo– hay que trabajarlo para reactivarlo. (Presente, 12Dic.2017)
En la cúpula tricolor parecen haber olvidado que esa
“militancia aguerrida” de que habla Bellizia, piensa, tiene voz propia, quiere participar en la toma
de decisiones y, también, tiene sus propias preferencias que hoy están divididas
entre los cinco aspirantes.
El ex alcalde de Centla y ex diputado federal
advirtió que sería dañino para el PRI no considerar las condiciones reales de
Tabasco. La conciliación no basta, porque “se puede imponer candidato, pero no
gobernador”.
Como colofón, le comento que el diputado local
priista Jorge Alberto Lazo Zentella
hizo ayer un llamado al CEN de su partido, para que sancione ya las
convocatorias, “para evitar que nos suceda lo que pasó en el 2012, que nos dormimos con un candidato y amanecimos con otro”. Y advirtió: “Si se
manosean las cosas y no se toman las decisiones correctas, es difícil que las
estructuras se empalmen y vayan en un solo sentido”. El tren puede descarrilarse.
¿O no?
AL GRANO
PREPARADO el gobernador Arturo Núñez para un
paquete de ajustes en su equipo de colaboradores… Lo hará tan pronto ocurran
dimisiones de quienes irán en pos de candidaturas...
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