Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Dichas reformas –contenidas en el Decreto
004 emitido por la 63 Legislatura–, fueron impugnadas mediante acciones de inconstitucionalidad promovidas
por PRD, PRI y PVEM, así como la entonces Procuraduría General de la República.
El proyecto de resolución,
presentado por el ministro Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena, se basó en que las reformas impugnadas violaban los
artículos 41 y 116 de la Constitución federal, que contienen los criterios para
el financiamiento de los partidos políticos, materia sobre la cual legislar es
facultad exclusiva del Congreso de la Unión, según reportó ayer el portal de La Jornada.
Con esto, el máximo órgano jurisdiccional
del país confirmó que las fórmulas de financiamiento público no pueden ser
alteradas por los congresos locales, en virtud de que las reglas que determinan
las prerrogativas están previstas en el artículo 51 de la Ley General de
Partidos Políticos. Una decisión similar tomaron en agosto de 2017 los
ministros de la Corte cuando anularon, por unanimidad, una reforma análoga aprobada
por el Congreso local de Yucatán.
Para 2019 estaba previsto que Tabasco distribuiría
91.5 millones de pesos del presupuesto público a los partidos políticos con
registro estatal; con la reforma votada por la entrante 63 Legislatura local –controlada
por Morena–, el monto se redujo a 45.7 millones.
Con el fallo que emitió este jueves 5 de septiembre la SCJN, quedará
vigente la redacción previa del Artículo 9 de la Constitución estatal, por lo
que el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT) tendrá
que calcular el financiamiento a los cuatro partidos locales (Morena, PRD, PRI
y PVEM) con la fórmula anterior.
En
el PRI estatal festejaban la tarde de ayer la ‘derrota’ del régimen morenista en la entidad, sobre todo
porque el mandato inatacable de la Suprema Corte le permitirá contar con el 100
por ciento del financiamiento que había sido recortado a la mitad a partir del 2019 y que le resultaba
insuficiente para su sostenimiento, dada su posición de tercera fuerza
electoral en la entidad.
No podrá objetarse a los señores ministros del
máximo tribunal del país sus razones para suprimir la reforma y el hecho de que
quizá los legisladores locales pasaron por alto que el financiamiento público a
los partidos políticos está garantizado en nuestra Carta Magna y que, por
tanto, la fórmula de distribución de las prerrogativas es materia exclusiva del
Congreso de la Unión, aunque debe subrayarse que el propósito que la animó fue
noble y justificado.
No está de más recordar que la reforma local pretendió
recortar un gasto excesivo de los
dineros del pueblo que se otorgaba a las formaciones partidistas año con año,
hubiese o no elecciones. Además, los recursos que el gobierno estatal se ahorraría
con este recorte –más de 45 millones
de pesos de nuestros impuestos– se iban a destinar a financiar obras de
infraestructura y de desarrollo social en comunidades que hoy sufren de atraso
y marginación. ¿Habrá que aplaudir entonces el revés al Congreso local de Tabasco con el fallo de la Corte?
Hay que celebrar –sí– que tenemos en nuestro país un
órgano jurisdiccional que vela porque los preceptos constitucionales se
mantengan inalterables y que sean acatados por todos. En eso hay que reconocer
a los magistrados federales que corrigieron
la plana a nuestros actuales diputados locales.
Consideramos que el tema
del financiamiento de los partidos políticos no se ha agotado con el fallo de
la SCJN. Es excesivo y ofensivo para un país donde más de la mitad de su
población se encuentra en condiciones de pobreza, porque los ingresos
familiares son insuficientes para subsistir.
Ahora habrá que insistir
en el ámbito federal, para que sea desde el Congreso de la Unión donde se
modifique la fórmula de asignación de las prerrogativas partidistas, como debió
hacerse desde un principio.
Habrá que ser
persistentes en que los mexicanos y los tabasqueños no podemos darnos el lujo
de mantener aparatos burocráticos que nos cuestan muchísimo dinero, y que
quienes los dirigen se dan gran vida con
percepciones insultantes, como ocurre con los magistrados de la SCJN, o lo
despilfarran en proyectos faraónicos
como iban a ser las nuevas instalaciones del INE, o en comprar elefantes blancos como el edificio que
adquirió aquí el IEPCT y que sigue sin utilizarse.
Por lo pronto, el partido
que promovió la reforma –Morena– puede tomar una decisión inteligente: renunciar al 50 por ciento del financiamiento
público que le darán y reintegrar esos recursos a las arcas estatales, para los
fines que estaban previstos con el recorte
decretado en octubre último.
AL GRANO
AHORA ESTÁ EN manos de la Suprema Corte la
reforma al Código Penal del Estado, que eleva penalizaciones a quienes
promueven o realizan bloqueos de vías de comunicación con fines de extorsión… ¿Qué
decidirán los magistrados?
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