martes, 18 de junio de 2013

Participación en ‘Por la Libre’ de Telerreportaje

Fernando Hernández Gómez

¿CUÁLES SON ESAS realizaciones con las que se hará sentir el cambio verdadero en la vida de los tabasqueños, luego de un ‘sexenio perdido’?

¿Qué beneficios pueden esperarse de lo que se ve como un ambicioso menú de reformas legislativas que convinieron el Ejecutivo estatal y las cúpulas partidistas, si nadie o muy pocos saben con qué se come y para qué sirve el llamado Pacto por Tabasco?

¿Cómo hacerle ver y sentir a la ciudadanía que su gobierno va por el rumbo correcto, que es falso que está entrampado en un desgastante y complejo proceso legal y mediático para llamar a cuentas a los ex funcionarios que en el régimen anterior saquearon el erario?

ESAS Y OTRAS preguntas flotan en el ambiente y atrapan las conversaciones de los tabasqueños, salpicadas de rumores y especulaciones. Esto permea en el ánimo de la gente y se queda allí como agua estancada, podrida, porque algo está fallando…

A lo mejor la Procuraduría va en la ruta correcta para llevar a la cárcel a los saqueadores, pero lo que se ve, no convence. A lo mejor hay un gobierno en marcha, pero nadie se da cuenta.

A lo mejor se escucha y atiende a un pueblo con exigencias sin fin, pero nadie se entera. Y a lo mejor pasan muchas cosas buenas en este Tabasco atribulado de problemas, pero…

¿QUÉ ES LO que falla?

Falla la comunicación gobierno-sociedad.

El teléfono del ciudadano para ser escuchado, para ser atendido y tomado en cuenta –que son invariablemente los medios de comunicación–, se quedó sin saldo.

El don de comunicar está ausente cuando, casualmente, es una comunicadora la responsable de esa tarea.

Su falta de experiencia se refleja en la ausencia de estrategia.

Se prometió transparencia y la creación de una instancia ciudadana reguladora de la asignación de la publicidad oficial, pero ni lo uno ni lo otro vemos.

Y en la espera, ya se gasta el dinero de los tabasqueños de una forma que no es pareja con todos los medios serios, profesionales de la entidad, y surgen evidencias que la mayor cuantía de ese gasto se hace, sin escatimar, en medios nacionales.

NO SE SABE cuál es la ‘utilidad pública’ en la publicidad contratada por el gobierno del Estado, pues se hace con criterios de exclusión, en la opacidad y sin considerar los niveles de cobertura o circulación de los medios.

Desde hacía mucho tiempo a la prensa local no la desdeñaban en el trato, ni le regateaban la información como se hace ahora en los tiempos de la alternancia.

Y es que mientras aquí a los reporteros no les permiten formular preguntas en las ruedas de prensa, a los medios de la capital del país les conceden entrevistas exclusivas. Ese ninguneo es ofensivo para los periodistas.

La responsable de la Comunicación Social–que hoy se da aires de puritana– no se anduvo por las ramas para catalogar de corrupta a toda la prensa tabasqueña. ¡Ah!, pero dijo a los periodistas y empresarios del ramo: “Nos necesitamos y debemos convivir.

Dolores Gutiérrez ya perdió el piso, y la popularidad de su jefe se desploma, pero sería más lamentable que con su soberbia y cerrazón dañe la imagen de estadista, de hombre inteligente y político hábil que le reconocen propios y extraños a Arturo Núñez, y es que en vez de componer descompone, en vez de comunicar, desinforma. ¡Buen día!

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