Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
En este momento hay, por lo menos, 15 colonias de zonas altas de Villahermosa y
otras tantas localidades apartadas del municipio de Centro que enfrentan desabasto
de agua potable, lo que se atribuye a la temporada de estiaje que complica los
procesos de potabilización y de bombeo a la red de distribución, porque el
escaso líquido que se capta de los lánguidos ríos arrastra muchos sedimentos
que dañan las plantas donde se tratan.
Ello obliga al Sistema de Agua y Saneamiento (SAS)
de Centro a ingeniárselas para no dejar de operar la mayoría de las plantas
potabilizadoras, que las hay de todos tamaños, desde las grandes que manejan
dos mil, mil, 500 y 250 litros por segundo –que abastecen a los habitantes de
Villahermosa–, hasta las pequeñas con capacidad de 50, diez y cinco litros que
existen en el medio rural.
A la par del difícil trabajo para llevarle a la
población agua potable –que implica el tratamiento en plantas obsoletas y en
mal estado, y el suministro en una deteriorada red de 500 kilómetros, casi la
distancia entre Villahermosa y Mérida–, se enfrenta otra realidad: el desperdicio
que hacemos del vital líquido quienes vivimos en la tierra donde ‘más abunda’.
Según el coordinador del SAS-Centro, Luis Contreras Delgado el consumo
promedio de agua potable es de 185 litros por habitante durante el día en la
zona rural, mientras que en la zona urbana aumenta a 600 litros debido al ‘mal
hábito’ de usar agua para lavar coches
y patios, y no arreglar las fugas.
Hay que cambiar mucha de esa tubería oxidada,
rompiéndose a cada rato, y sustituir a la principal potabilizadora –la planta Villahermosa– por otra de su misma
capacidad: dos mil litros por segundo. Ello plantea una inversión cuantiosa
que, según el alcalde capitalino Evaristo
Hernández Cruz, oscilaría entre cinco mil y 12 mil millones de pesos; la
cifra menor equivale a dos veces el presupuesto anual del municipio.
Ante este panorama: escasez de agua por el estiaje,
obsolescencia de equipos de potabilización y redes de distribución del líquido,
el presidente municipal ha hecho un anuncio que a muchos pareció descabellado:
aumentar la tarifa por consumo de agua potable. Actualmente a los población
capitalina se le cobra 0.87 pesos por metro cúbico, y se pretende elevarla a
una cuota mínima de cinco y máxima de 20 pesos, como se cobra en Nuevo León y
Coahuila.
Además, el consumo por vivienda es con base en
estimaciones, pues la mayoría de los medidores no funcionan y no puede hacérseles
la lectura del gasto.
Evaristo Hernández dijo que ya le planteó su idea
al gobernador Adán
Augusto López Hernández, quien no ha hecho referencia al tema que se antoja
espinoso. “Tenemos que hacer todo un sistema que llegue a mucha gente que no
está pagando agua (75 por ciento, según SAS); a unos se les manda el recibo y
muchísimos son clandestinos. Tenemos
que llegar a todos y cobrar lo justo; no podemos seguir cobrando 87 centavos
por metro cúbico”, recalcó el alcalde.
Obvio, nadie se pone a analizar los
planteamientos del primer regidor, a quien le llueven las críticas porque querer elevar el cobro en más de 500
por ciento… en la opción más baja a la que estaría apostando. Se le cuestiona
al ayuntamiento que el agua entubada que distribuye, además de escasa, llega
muy sucia.
No obstante, parece decidido a subirle a
la tarifa. “Vamos a
tener que aumentar el agua, es por dos cosas: primero, por necesidad, que
podamos tener los servicios en buenas condiciones, y la segunda, para que
aprendamos a cuidar un líquido que es vital para nuestra existencia”.
Argumentó que “si no le aumentamos al agua, nos da
igual cuidarla o no cuidarla. Estamos trabajando en el proyecto, está muy
avanzado para que podamos introducir la tubería nueva y hacer la planta Villahermosa nueva también. La inversión
es entre cinco y 12 mil millones de pesos. Nosotros estamos proponiendo
aumentar de 87 centavos el cobro del agua a una cantidad mucho mayor, pero que
no paguen hasta que no tengan agua potable suficiente y de calidad en su hogar”.
(XEVA Noticias, 12May.2019)
Habrá que buscar un punto medio, una tarifa que le permita al municipio hacerse de más
recursos para invertir en materia de agua potable y que no golpee el bolsillo de los ciudadanos. Del mismo modo, el gobierno
capitalino debe emprender acciones que pongan fin a la morosidad –sin caer en
acoso– en el pago de recibos, y sanciones a quienes tienen tomas clandestinas.
Cualquier alza de precios es impopular y hasta tiene costos
políticos. Habrá que preguntárselo al ex alcalde Florizel Medina Pereznieto; él hizo una actualización de los
valores catastrales, lo que disparó el monto del impuesto predial y se dice que
pagó las consecuencias en su
aspiración por la gubernatura. Eso es algo que también debe poner en una
balanza Evaristo Hernández.
Y mientras son peras
o manzanas, hay que dejar de desperdiciar y contaminar este vital líquido.
Hay que tomar conciencia.
AL GRANO
YA
BASTA, ¿NO?... Está bien que carezcan de cultura cívica y política, pero la
máxima tribunal del estado no debe ser escaparate para ventilar fobias
personales, ni sacar trapos sucios,
vicios o descarríos de quienes son compañeros de curul… Los tabasqueños merecen
un debate de altura…
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