Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Pura faramalla. Eso y no otra cosa son los
llamados informes con que los alcaldes
conmemoran sus primeros cien días en
el cargo. El de Centro, Gerardo Gaudiano
Rovirosa, que llegó después que sus 16 homólogos, no quiso quedarse con las ganas del tributo a su
ego, ni de gastarse en un acto pomposo recursos que estaría ahorrando con su supuesto plan de austeridad.
Los informes
de cien días no están previstos en ninguna ley, ni los sanciona ninguna
autoridad –ni siquiera los cabildos– y distan mucho de ser un esquema moderno
de rendición de cuentas, pues en ellos se habla de cualquier cosa, menos de dar
cuenta puntual a los ciudadanos del manejo de los recursos públicos ejercidos
los tres primeros meses de gestión.
En Centro llevaban diez días hablando de
los cien días. Primero, el alcalde
envió a sus directores, por bloques, a hablar ante los medios de lo que, según
ellos, hicieron. Nadie se acuerda con exactitud de qué han ‘informado’.
Cerró él, Gaudiano, con un montaje aparatoso
el domingo 11 en el salón Villahermosa
del parque Tomás Garrido, que lució
lleno con la clase política perredista, empresarios y empleados. Hasta pagó la
producción de un video que se proyectó a la concurrencia. No reparó en gastos. Si
en esas andamos, ¿cuánto irá a costar a los contribuyentes de Centro su informe
anual?
Pero, ¿qué ha hecho el ayuntamiento de
Centro en cien días? La información
no la encontramos en el documento que leyó el alcalde el domingo. Ni hay mucho
que ver si se recorren las comunidades rurales o colonias de la capital. ¿Qué
ha sucedido? Hagamos un repaso:
En cien
días de gobierno en Centro, se degradó la calidad en la prestación de los
servicios municipales. Los capitalinos recuerdan que antes de junio la
recolección de basura era puntual seis días a la semana; que el agua potable
llegaba sin turbiedad, como sucede ahora en muchos puntos.
En cien
días, el ayuntamiento no ha entrado
a arreglar vialidades del primer cuadro de la ciudad, punto al que convergen
ciudadanos y es paso obligado de los
visitantes que se llevan la impresión de un centro de Villahermosa lleno de baches,
hundimientos, luminarias fundidas y basura por doquier.
En cien
días, se han hecho ajustes en el
equipo del alcalde, pero éstos son irrelevantes, pues los funcionarios
removidos no son más que parte de su staff:
su particular y su jefa de relaciones públicas. Al director de Normatividad y
Fiscalización lo cambió a Atención Ciudadana, porque la titular le renunció.
En cien
días, se ha perpetrado el despido más grande de empleados del municipio; años
de antigüedad y experiencia fueron echados
a la calle, y a los que se quedaron les redujeron brutalmente sus
emolumentos. Esto se hizo no para adelgazar
la nómina y reducir el gasto corriente sino para acomodar a una parvada de
juniors que no hacen nada porque no
saben hacer nada.
En cien
días, el alcalde armó una serie de proyectos, sobre todo de infraestructura vial y agua potable,
para pedir recursos extraordinarios a la Federación por una suma de mil 950
millones de pesos, lo que calificó de una “apuesta histórica”, aunque no se
detuvo a repasar que en el trienio anterior se le pidieron al Gobierno de la
República tres mil 535 millones de pesos.
En cien
días, los habitantes están presenciando acciones
que encarnan la simulación y el
dispendio. Pongo un ejemplo: el 25 de junio, antes de cumplir su primer mes, Gaudiano fue al parque La Choca, donde “constató el mantenimiento integral” en que Servicios
Municipales, de Nicolás Mollinedo Bastar,
se gastó “alrededor de 700 mil pesos”. ¿Sabe usted en qué se ‘invirtió’ ese
dinero? En pintura, señalización, rehabilitación de fuentes y juegos
infantiles, así como colocación de botes de basura. Setecientos mil pesos.
Quien
conozca La Choca –uno de los tres
principales parques de la ciudad junto al Tomás
Garrido y La Pólvora– sabe que no
necesitaba ninguna ‘rehabilitación integral’. Siempre se le ha dado
mantenimiento.
En cien
días, no pudo convencer a los
locatarios del mercado José Ma. Pino
Suárez, que ya habían sido sensibilizados, para que acepten reubicarse
temporalmente a un mercado provisional. Hoy muchos no quieren moverse.
Los ciudadanos quieren saber qué hace el
ayuntamiento con el presupuesto asignado. Dispone para el segundo semestre del
año algo así como mil 500 millones de pesos y es su obligación –no un gesto
suyo– informar cómo los gastará. ¿Con más ‘remodelaciones integrales’ como la
del parque La Choca?
¿Qué hará por su municipio el alcalde
aparte de andar barriendo para la foto
o pintando tubos con un rodillo, e imitando acciones de sus antecesores?
Primera
llamada.
Es la primera llamada para alguien que
sueña ser gobernador o, si no le alcanza,
relegirse como alcalde.
AL GRANO
¿Y piensan meter el Turibús al primer cuadro de la ciudad?
Por cierto, ¿cuenta con concesión o permiso de SCT estatal?
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