Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
El secretario del ayuntamiento de
Centro, Jorge
Chávez Rivera es como esos aprendices de cocineros a los que
todo se les quema.
De ocho
reuniones con distintas uniones de locatarios para hablar del proyecto de
reubicación a una sede temporal y construcción del nuevo mercado José Ma. Pino Suárez, no hay reporte de
una en que haya salido bien librado.
Por
cierto, a la novena reunión –martes 6– ya no fue. Mandó al director de Asuntos
Jurídicos del ayuntamiento, Ulises
Chávez Vélez, y hubo necesidad de pedir resguardo policiaco porque las
cosas se le estaban saliendo de cauce.
Algo
falla. El secretario del ayuntamiento no
sabe cómo hacerle para hacerse escuchar y entender. Convencer a los demás
no es su fuerte. Y ése es el trabajo
en la segunda oficina de importancia en el gobierno municipal.
Tampoco sabe qué decir para
justificarse. Sus declaraciones resultan un tanto desafortunadas, como ésta
apenas del viernes:
“Ya el
municipio les garantizó (a los locatarios) que lo que tienen, aunque estén en
la ilegalidad, se les respetará; ya el presidente (municipal) ha dicho que se
les garantizan sus derechos; eso (oponerse a la reubicación) es solo un
pretexto que están utilizando ahora”, aseguró. (Telerreportaje, 09/Sept./2016)
Hubo
necesidad de pedirle que fuera específico en el término ‘ilegalidad’ que
empleó. “Hay muchos locatarios –explicó– que han traspasado puestos pero no han
cambiado de nombre; también hay una gran mayoría que no está al corriente de sus pagos”
Los
locatarios que se oponen a salir del viejo edificio insisten en que no tienen
garantías que se les respetará la posesión de los locales que ahora ocupan.
No sé qué
le ve de “fructíferas” el
director jurídico del municipio a las nueve reuniones realizadas hasta la fecha.
No hay un consenso con la reubicación.
No sé qué
van a hacer con los locatarios que se oponen a irse con todo y sus chivas al mercado provisional que empezó a construir
la SOTOP en la colonia Casa Blanca. Tan sólo esa obra costará 30 millones de
pesos.
Si de actitudes
intransigentes se trata, ahí está la postura de Jazmín Rosas, dirigente de los expendedores de aves destazadas, quien
advierte: “Si no nos dan la garantía, no nos vamos a mover a ninguna parte…
vamos a defender la posesión que tenemos y hasta con nuestra vida”.
Y en esta
tierra de sabelotodos, cualquiera mete su cuchara. La presidenta de
Canaco, Irene Taracena sugiere que la remodelación se haga por
partes. Otros expertos quieren
que se hagan adecuaciones al proyecto arquitectónico.
Sí, no son todos los que
se oponen. Hay otro grupo muy numeroso que acepta la reubicación y quieren que
el mercado se reconstruya completamente.
“Quizá
haya algunas voces que pudieran no compartir el proyecto; sin embargo, la
mayoría de la población quiere un nuevo mercado”, subrayó el
alcalde Gerardo Gaudiano Rovirosa. Señaló que no está agotado el diálogo con los
locatarios, “y si son necesarias más (reuniones), lo vamos a hacer”.
La cosa iba bien. Algo no
se hizo bien. Soy cliente frecuente
del Pino Suárez y me daría gran gusto
ver transformado ese muladar en algo digno,
moderno.
Tengo amistad con locatarios.
A algunos les preocupa que sus clientes no quieran acudir al mercado
provisional en Casa Blanca.
Esas pequeñas cuestiones
deben irse esclareciendo, exponiendo claramente cómo se atenderá y resolverá
cada caso.
Hay que decirles cómo se
modificarán las rutas del transporte público, que el estacionamiento será
amplio, que la reubicación abarca a todos, que en el regreso nadie perderá su patrimonio,
que habrá campaña de difusión para que la ciudadanía sepa que el mercado
funcionará provisionalmente en otro lugar.
No se vale que el tema se
politice. Algunos actores políticos ya metieron
sus narices; son los que animan a
los locatarios a rechazar la reubicación y a endurecer posiciones, a movilizarse –como la marcha anunciada para
el martes 13–. Quieren convertir una solución en conflicto.
No se percibe pretensión de ninguna
autoridad de despojar a algún locatario de su patrimonio, a su derecho a ganarse la vida decentemente.
El gobernador Arturo Núñez Jiménez remarcó ayer que esos derechos serán
respetados y de ninguna manera serán desplazados del nuevo mercado.
La zona en que se ubica el viejo mercado
necesita regenerarse, pues se ha ido deteriorando y degradando, indicó el
mandatario. Añadiríamos que es foco de infección e inseguridad.
Los locatarios no deben caer en posturas
absurdas o extremas, y menos en querer privar a los villahermosinos –verdaderos
dueños del centro de abasto– de su derecho a contar con un nuevo mercado. Oigan:
somos sus clientes.
AL
GRANO
¿SERÁ CIERTO ESO que hay mala vibra, que por las noches deambulan
espíritus y asustan en el mercado Pino
Suárez?... Doña Ana Velázquez, de la unión de
expendedores de productos naturistas y esotéricos, dice que por las noches,
después de la inundación de 2007 en que todo el inmueble se fue al agua, en su interior suceden cosas raras, paranormales, escalofriantes…
“EN EL
PASILLO de acá por donde están los vende-pescado,
eran como las nueve (de la noche) cuando el velador nos mandó una foto por
medio del WhatsApp y vemos a dos chamaquitos jugando por ahí. Te lo juro
que a mí me dio un miedo… yo ya no me quedó más de las nueve de la noche”,
narró la vendedoras de productos para ahuyentar la mala suerte y los malos
espíritus. (Telerreportaje,
02/Sept./2016)… ¡Fue horrible, fue horrible…!
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