Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Aunado a que deberá entregar buenas cuentas hacia el cierre de su gestión sexenal –para
cualquier gobernante de estos tiempos será difícil conjugar resultados,
satisfacción de expectativas y percepción ciudadana–, Arturo Núñez Jiménez tiene sobre sí dos grandes responsabilidades
eminentemente políticas: 1) la selección del candidato de su partido (PRD) a la
gubernatura sin que en el proceso interno haya ruptura de corrientes y cuadros
interesados en la nominación, y 2) la elección de su sucesor sin que se ponga
en duda la limpieza de la contienda constitucional, ni se altere la paz social.
Aunque el relevo en la dirigencia perredista generó
fricciones entre las dos corrientes
que se confrontaron –una, Alternativa
Democrática Nacional que quiso retener el mando y otra, Nueva Izquierda, que arrebató la presidencia
del Comité Estatal–, la sangre no llegó
al río, el proceso fue avalado por el CEN y cualquier duda o malestar deberá
ser resuelto por instancias jurisdiccionales.
Sin embargo, esto es solo el comienzo del juego sucesorio al interior del sol azteca. Lo bueno o lo peor está por
venir. Allí es donde entra en escena
la figura de Arturo Núñez como garante de la legalidad y cohesión internas, que
serán vitales para el objetivo de retener la gubernatura en el 2018.
En amplia conversación (lunes 13) con Jesús Antonio Sibilla, en el programa De Frente, de XEVT, Arturo Núñez expresó
que en el partido que le dio oportunidad para que fuera candidato a senador y a
gobernador, “me
he concebido como un factor que contribuya a los triunfos del PRD dentro del
marco de la ley y a que el partido se mantenga unido y cohesionado”.
Manifestó que nunca ha sido su propósito
adueñarse del PRD, y si bien como
gobernador “he sido muchísimo muy respetuoso” de la toma de decisiones, ahora
que venció el plazo de la dirigencia anterior “sí vi bien que hubiera cambio… lo
vi necesario”, indicó.
Este relevo –remarcó– fue necesario para
garantizar al perredismo “de que voy a ser garante de que será candidato a gobernador
y a cualquier otro cargo de elección popular, el mejor posicionado, medido en términos de encuestas”.
La dirigencia que ahora encabeza Darvin González Ballina “cumple esa
condición de que puede garantizar, junto con el gobernador, un juego parejo para todos, sin una
dirigencia cargada a favor de uno de
los aspirantes”, afirmó. Y acotó: “el segundo elemento es que por los tiempos,
se requeriría un dirigente de tiempo
completo, y Candelario Pérez
Alvarado no lo era”.
Todo eso –reveló Núñez– fue dialogado
con la dirigencia nacional y con las cabezas
de las principales expresiones del PRD en el país. “Les dije como gobernador perredista qué ofrezco a mi partido, y qué
espero de mi partido. Desde luego soy respetuoso de la vida interna del
partido, pero no soy ajeno a la vida del partido. Soy gobernador perredista y
nada me entusiasmaría más que mi partido gane la elección dentro de lo que la
ley permite”, expuso.
–¿Tienes un preferido, Arturo? –se le
emplazó.
“Yo
te diría que no tengo preferido, que tengo preferencias, sí, porque están
repartidas...”, contestó.
–¿Crees que uno de ellos es el ‘indicado’?
“No.
Veo virtudes en varios de ellos...”.
–¿Quién reúne más virtudes? Uno de ellos debe
de reunir más…
“Lo que se
requiere es tener un elemento objetivo; aquí no es el PRI, pero lo he dicho: ya
ni al PRI le sirve el dedazo, para
suponer que el dedazo del gobernador
va a decidir la candidatura; de ninguna manera”.
Arturo
Núñez puntualizó que el asunto “no son mis preferencias personales, sino quien
tenga mayores preferencias de la ciudadanía y de los perredistas”.
–¿Y quién va adelante en esa competencia tan
competida?
“¿No has visto las
carreras de caballos que son de final de
fotografía, para ver la nariz de qué caballo entró primero a la meta…? Pues
así están”, comentó.
Dijo
que como parte de su coadyuvancia en el
PRD, en su condición de gobernador perredista, deberá platicar con todos (los
siete u ocho aspirantes) y a final de cuentas, “como lo hicimos hace seis años,
puede haber arreglos, porque no está en juego una sola posición”, asentó. Y añadió:
“Hay la posibilidad de arreglos políticos, vistas también las
preferencias ciudadana”.
En
su Quinto Informe, el domingo 12,
Núñez Jiménez dio garantía a partidos, candidatos y ciudadanos de que como
gobernador tendrá un comportamiento apegado a la ley, antes, durante y después
de la jornada comicial, “en correspondencia a mis obligaciones, mi trayectoria
de muchos años y mi profunda convicción democrática. No toleraré acciones fuera
de la ley sean de quien sean y vengan de donde vengan. En Tabasco debemos
seguir consolidando el proceso de democratización en marcha”, sostuvo.
AL GRANO
EL INFORME de Núñez fue muestra de reconocimiento a
la pluralidad política de Tabasco… Allí estuvieron 11 aspirantes a sucederlo:
del PRD, Gerardo Gaudiano, José Antonio de la Vega, Fernando Mayans, David Gustavo Rodríguez y Jaime
Mier y Terán; PRI, Georgina Trujillo
y Ady García; MC, Pedro Jiménez; PT, Humberto de los Santos; PAN, Francisco
Castillo, y el aspirante ciudadano
Óscar Cantón… ¿Faltó alguno?
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