Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
De la guerra
en las calles contra la delincuencia organizada, las hostilidades se
trasladaron a los medios de comunicación y particularmente a las redes sociales,
donde parece que en las horas que siguieron el gobierno federal perdió la primera batalla a seis semanas de
cumplir el primer año del periodo sexenal.
La versión oficial más sólida y creíble de este
suceso que causó revuelo mundial la dio la mañana del viernes 18 el secretario de
la Defensa Nacional, Luis Cresencio
Sandoval al referir que el grupo responsable de esa acción –personal de la misma
Sedena y de la recién creada Guardia Nacional– en un afán de tener resultados
positivos, “actuó de manera precipitada, con deficiente planeación, así como
falta de previsión sobre las consecuencias de la intervención, omitiendo además
obtener el consenso de sus mandos superiores… Se desestimó el poder de
convocatoria y la capacidad de respuesta de la organización delictiva para
evitar el aseguramiento de Ovidio Guzmán López”.
Sobre el desenlace que
tuvo la acción de las fuerzas federales en Culiacán, el titular de la Sedena expuso:
“Al advertir el alto índice de violencia generalizado que se produjo, este Gabinete de Seguridad decidió ordenar el
retiro de las fuerzas en la ciudad. Con la acción anterior el grupo
delincuencial suspendió las agresiones y libera al personal militar que había
sido retenido”.
Y añadió: “Se ordenó
desactivar el dispositivo y concentrar las fuerzas y aeronaves a sus cuarteles.
Esta acción no debe de considerarse como un rompimiento del estado de derecho,
ya que se privilegió en todo momento la protección del interés jurídico
superior, como lo es la vida de la población civil, también el respeto a los
derechos humanos, y el adecuado uso de la fuerza, y evitar que se presentara
algún tipo de masacre”.
En su
conferencia de prensa mañanera del
viernes 18, el Presidente Andrés
Manuel López Obrador dio su posición. Las fuerzas de seguridad federales, “tomaron
decisiones que yo respaldo, que yo avalo, porque se tornó muy difícil la
situación y estaban en riesgos muchos ciudadanos, muchas personas, muchos seres
humanos y se decidió proteger la vida de las personas y yo estuve de acuerdo
con eso. No se trata de masacres, ya eso ya se terminó. No puede valer más la
captura de un delincuente que las vidas de las personas; ellos tomaron esa
decisión y yo la respaldé”, aseveró desde Oaxaca, donde realizó gira.
Quizá refuerza esta
posición, una versión publicada el viernes 19 por el diario The Wall Street Journal, que según un ex
funcionario del gobierno con conocimiento de la situación que se vivió Culiacán
el jueves, la orden para liberar al hijo del ex líder del cártel de Sinaloa se dio luego que se informó a altos mandos en la Ciudad
de México que, al menos, seis soldados eran rehenes de hombres armados, lo que
incluiría el envío de videos con militares retenidos.
Se mantiene en el ambiente, por la arremetida
en redes sociales –en gran parte atizada por la oposición de derecha, o ‘conservadores’, como le llama López
Obrador–, la idea de que la delincuencia organizada le ‘tomó la medida’ al gobierno federal y que ‘fracasó’ la estrategia para combatir la inseguridad.
Las posiciones oficiales no han tenido el
eco que sus posturas en otras situaciones difíciles que ha enfrentado el régimen
morenista –como la guerra contra el huachicol–, aunque les
asista la razón en cuando a que no se puede ‘apagar el fuego con fuego’, ni se va a ‘convertir el país en un cementerio’.
Sin duda que el gobierno
debe revisar y reforzar su estrategia de comunicación, para que quede claro
ante la ciudadanía lo dicho por el mandatario nacional de que “no hay
contubernio entre delincuencia y autoridades”, y que “está bien pintada la raya, la frontera entre
delincuencia y autoridades”.
Temprano o tarde volverá a caer Ovidio
Guzmán, contra quien existe orden de aprehensión
provisional con fines de extradición a Estados Unidos, emitida por un juez
federal. No hay que creerse las versiones de priistas y panistas que
descalifican la actuación de las fuerzas federales, ni sus consejos de cómo
deben ser las estrategias de seguridad, pues aunque parezca tema trillado decirlo, gran parte de la
fuerza operativa de que gozan los cárteles mexicanos se debe a que mucho tiempo
los dejaron actuar en la impunidad quienes gobernaron el país ocho décadas,
unos, y dos sexenios, los otros, más allá de sus saldos rojos.
¿Qué sigue? De parte del gobierno federal
se han anunciado dos acciones: la primera, retomar el control y restablecer el
orden y la tranquilidad en las calles de Culiacán, incluyendo la instalación de puntos fijos y móviles de revisión en
distintos puntos de la ciudad; y la segunda, presionar al gobierno
estadounidense para ‘congelar’ el
tráfico de armas hacia este país, como le propuso el Presidente de México a su homólogo estadounidense Donald Trump, para contener el crimen
organizado transnacional.
AL GRANO
DE LUJO, EDICIÓN
2019 del Festival Cultural Ceiba… El
evento, parecía iba a extinguirse al quedarse sin recursos a fines del régimen
anterior, pero el actual gobierno lo retomó con espectáculos de primer nivel… Ojalá el Festival logre motivar en el futuro a
más tabasqueños y sea un atractivo turístico…
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