Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Por estrechez presupuestal, por corrupción o
ineficacia en las políticas de salud, los mexicanos han padecido desde hace
mucho tiempo –además de sus dolencias– de servicios médicos deficientes, donde ha
fallado el binomio médico-medicina porque siempre falta uno de los dos
elementos cuando consiguen se les atienda, y no se diga de especialistas, que
también escasean, y de equipos de tecnología avanzada que, o no existen, o
están descompuestos.
Aunque en el discurso la salud es prioridad número 1 de gobiernos de todos colores, y no han dejado de
edificarse hospitales y unidades médicas, la calidad de los servicios deja
mucho que desear, y muchas vidas se han perdido o los cuadros de los pacientes se
han complicado debido a carencias de médicos, medicinas, insumos o equipos
especializados. Tabasco fue, en los 12 años anteriores al 2019, el ejemplo más
vergonzoso de estas deficiencias.
Tan mal han estado los servicios médicos del país,
que hoy muchos mexicanos prefieren acudir o llevar a sus enfermos no a clínicas
particulares costosas, sino a farmacias donde les obsequian la consulta por la
compra del medicamento, o a aquellas donde les dan la consulta a muy bajo costo
y les recetan medicamentos genéricos o similares a las marcas patentadas.
El Presidente Andrés
Manuel López Obrador ha dicho no sólo que remediará esta penosa situación
sino que le dará a los mexicanos servicios de salud de primer mundo. Ofreció meter orden en IMSS e ISSSTE, crear el Instituto de Salud para el
Bienestar –en lugar del Seguro Popular–
para atender a la población abierta, e integrar todo
el sector. “El
compromiso que estoy haciendo es que vamos a tener un sistema de salud como el
que tienen en Dinamarca, como el que tienen en Canadá, porque no es un problema
de presupuesto, es un problema de corrupción”, expresó en la conferencia mañanera del 23 de mayo.
Y este lunes 21 de octubre, en la mañana, el mandatario dio formalidad a
su compromiso, al presentar el Plan de
Salud que tendrá como centro de la acción de su gobierno al Instituto
Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi), que encomendó al tabasqueño Juan Antonio Ferrer Aguilar.
El secretario de Salud federal, Jorge Alcocer
Varela indicó que la
población mexicana padece diferencias en el acceso y la calidad de la atención,
y para superar esta inequidad, mejorar la calidad y eficiencia se creó el Insabi
que dispondrá de un presupuesto de 40 mil millones de pesos.
Ferrer Aguilar –maestro en administración, que ha
sido delegado del INAH y secretario del ayuntamiento villahermosino– tiene
clara su función: proveer y garantizar la prestación gratuita de servicios de
salud y medicamentos a la población sin seguridad social, que depende de los
sistemas de salud de las 32 entidades federativas y del IMSS-Bienestar.
Frente al mandatario nacional, el titular del
Insabi expresó que su tarea será que las actividades de promoción de la salud y
la prevención de enfermedades se desarrollen “a sus máximas capacidades”, sin
descuidar la atención a enfermos a través de redes integradas que incluyen
hospitales y servicios especializados.
“En una primera etapa, vamos a garantizar que no
falten médicos y especialistas en todos los establecimientos de salud, que la
infraestructura y su mantenimiento sea el adecuado, que no falten medicamentos
en ninguna parte de los establecimientos de salud del país, y vamos a basificar al personal que hoy labora por
contratos eventuales y de honorarios como un elemento de justicia laboral; hoy existen cerca de 87 mil trabajadores en situación
precaria”, apuntó el funcionario federal. Y remarcó: “No volverá a faltar
medicamento”.
La segunda función del Insabi –detalló Juan Antonio
Ferrer– es garantizar que no falten médicos generales, especialistas y personal
de enfermería en los establecimientos de salud; para ello se ha elaborado un
plan estratégico para aumentar el personal sanitario en zonas rurales,
marginadas, vulnerables o remotas, y se iniciará un proceso de reclutamiento
nacional de personal de salud denominado Médico
del Bienestar, dirigido a cubrir las plazas vacantes.
Al hablar del Plan
Nacional de Infraestructura, apuntó que en diciembre de 2018 se recibieron
317 obras inconclusas; 81 obras ya fueron concluidas. Faltan 236
establecimientos de salud que fueron abandonados, y para ponerlos en
funcionamiento se requieren 11 mil 651 millones de pesos para infraestructura y
equipos. Además, se harán sustituciones, ampliación, construcción,
mantenimiento y conservación de centros de salud en el primer nivel, hospitales
de segundo nivel y de alta especialidad, con inversión de 34 mil 254 millones.
El director general del IMSS,
Zoé Robledo Aburto remarcó que, a partir de ahora, será “una sola estrategia, en un solo
equipo, para un solo objetivo, que es la atención médica en primero y segundo
nivel, y los medicamentos gratuitos para todas y todos los mexicanos”.
Quizá por la andanada de acontecimientos
relacionados con el caso Culiacán,
esta información pasó desapercibida para muchos mexicanos, pero se trata de un enorme
compromiso asumido por el jefe del Ejecutivo federal, para garantizarle
servicios de salud de calidad y medicamentos gratuitos a toda la población. Y
qué bueno que sea un tabasqueño capaz y talentoso, como Juan Antonio Ferrer,
quien esté al frente de esta gran empresa.
AL GRANO
“EN TABASCO NO damos garantía de impunidad
a nadie”, sentenció ayer el gobernador Adán
Augusto López Hernández, al responder a una pregunta de que las cuentas bancarias del jefe de la bancada priista en el
Congreso local, Gerald Washington
Herrera, habrían sido congeladas, e informar que su gobierno solicitó remover a la delegada de Liconsa,
involucrada en prácticas clientelares con los programas sociales del gobierno
federal…
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