Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
El tercer
relevo en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) sucedió ayer tras la
renuncia de Miguel Ángel Matamoros
Camacho, quien de plano no dio el
ancho en los casi cuatro meses que estuvo al frente de la corporación.
El
nombramiento del nuevo titular de la SSP, Jorge
Alberto Aguirre Carbajal se da en el momento que en Tabasco se asumirán
nuevas estrategias en el combate a la incidencia delictiva.
Aguirre
Carbajal procede de la Fiscalía General del Estado (FGE), donde se desempeñó
como director general de la Policía de Investigación, cargo que asumió apenas
el 12 de julio último.
La carta de servicios del nuevo secretario
de Seguridad Pública no la tuvo ninguno de sus predecesores (los generales Audomaro Martínez Zapata y Sergio Ricardo Martínez Ruiz, y el
inspector Miguel Ángel Matamoros), pues es
especialista en el combate a hurto de vehículos, homicidios violentos, delitos
patrimoniales, robos en domicilios y delincuencia organizada.
La designación
del nuevo titular de la SSP la hizo el gobernador Arturo Núñez Jiménez en un momento decisivo, justo la víspera de la
presentación del Programa Integral de
Seguridad Pública que determinará las nuevas medidas y estrategias para contener
la ola delictiva en la entidad.
Maestro en
derecho penal, Jorge Alberto Aguirre tiene la encomienda del jefe del Ejecutivo
de coordinarse con las fuerzas de seguridad estatales y federales para dar
mayores y mejores resultados, sobre todo en su especialidad: el combate a delitos de alto impacto.
Y mientras se preparaba el relevo en
la SSP, en la FGE, su titular Fernando
Valenzuela Pernas daba cuenta que las Fuerzas
de Reacción Inmediata Mixta (FRIM) lograron la captura, en Emiliano Zapata,
de una banda de secuestradores y del rescate de un ganadero plagiado. Tres de
los seis presuntos secuestradores tienen parentesco con la víctima; uno es su
hijo.
¿ALIANZA GAUDIANO-FÓCIL?
Desde hace días se venía ventilando por
los rumbos del Palacio Municipal en Tabasco
2000, que el secretario del ayuntamiento Jorge Chávez Rivera había renunciado al cargo que le otorgó el
Cabildo.
Se manejó incluso que quien pintaba para ese cargo era el vocero del
gobierno capitalino, Oswald Lara Borges,
un joven colaborador del presidente municipal Gerardo Gaudiano Rovirosa con perfil técnico-jurídico.
Sin embargo, el alcalde optó por una
decisión política y se inclinó por el
regidor Roberto Romero del Valle –con
aval de un Cabildo que lo aceptó a
regañadientes, pues la mayoría no digiere
que el malhablado ex dirigente
estatal perredista se quedara con la posición número 2 en el ayuntamiento.
El nombramiento del nuevo secretario
municipal presagia una alianza entre el alcalde Gaudiano Rovirosa y la poderosa
corriente perredista que encabeza el diputado local Juan Manuel Fócil Pérez.
Empero, fuentes cercanas al mandamás en el partido del sol azteca confiaron que Romero del
Valle se fue por la libre, que ni
siquiera consultó al jefe de la tribu.
Esto tiene más lógica si revisamos que en sus recientes declaraciones, Fócil
Pérez ha cuestionado decisiones y actuaciones del alcalde Gaudiano.
Lo que sí es evidente es que su nuevo
cargo convierte a Romero del Valle en el operador
político de Gerardo Gaudiano para el juego sucesorio estatal del 2018. Esto
lo confirma el hecho que el ahora regidor con licencia ha operado personalmente
las visitas del alcalde a otras demarcaciones perredistas en el estado para
suscribir acuerdos de hermanamiento.
Ante la ciudadanía podría ser una suma que le resta a Gaudiano, en su proyecto político: ser candidato a
gobernador en 2018.
Lo que no debe pasar desapercibido es lo
prematuro de tantos relevos en la administración municipal.
Casi todo el gabinete le ha renunciado
al alcalde: primero fue la directora de Atención Ciudadana, Cloris Huerta Pablo; le siguieron la
coordinadora de Relaciones Públicas, Alejandra
Balderas Flores, y el secretario particular Eduardo Antonio de Mucha Ocaña; después fue la titular de
Administración, Patricia Jiménez Oropeza;
para ocupar ese vacante movió al coordinador de Fiscalización, Víctor Gutiérrez Baeza.
Hace unas semanas –aunque apenas se confirmó
el martes 20 con su nueva encomienda en el INAH– dimitió el director del DIF, Juan Antonio Ferrer Aguilar, y ayer se oficializó la salida del secretario del
ayuntamiento.
Lo lógico, para los que saben de política, es que los cambios en un gobierno se den
los últimos días del año o los primeros del que inicia, no cuando todavía no ha
nacido el Niño Dios.
AL
GRANO
AYER FUE DÍA 21, pero pareció 28 de
diciembre: Renunció el titular de la SEP; dimitió el secretario del
ayuntamiento; la UJAT se quedó sin lana
para pagar los aguinaldos… sólo faltó que alguien dijera que ¡derribaron el muro!
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