Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Quizá
no atrajo tantos reflectores y
concurrencia como pretendió –en diciembre y en víspera de la celebración guadalupana es difícil conseguirlo– pero
su informe legislativo fue el marco para que el senador Fernando Mayans
Canabal dejara constancia que es un aspirante a la candidatura al gobierno
estatal.
Militante
del PRD pero gente cercana al mandamás
de Morena, Andrés Manuel López Obrador, el legislador que ayer domingo
casi llenó con sus invitados –entre ellos el gobernador Arturo Núñez Jiménez
y el
coordinador de la bancada perredista en la Cámara de Senadores, Miguel Barbosa Huerta– el salón de un hotel de la avenida Pagés Llergo, no ha revelado por qué
partido pretende tomar parte en el juego
sucesorio.
Miembro
del PRD casi desde que se fundó ese partido, Fernando Mayans deberá decidir si
aspira a ser candidato por el partido del sol
azteca o se irá a Morena. No se le ve buscando –como otros que han dicho
que lo intentarán– convertirse en candidato
independiente.
Sería
su primer intento por buscar la Quinta
Grijalva tras dos infructuosas candidaturas a la presidencia municipal de
Centro.
Para la
senaduría que ahora ostenta y que consiguió con el voto ciudadano, el doctor
Mayans fue invitado por López Obrador cuando aquel era la figura más importante
del partido del sol azteca.
Convertirse
en candidato a gobernador en el 2018 no le resultará nada fácil, pues en el PRD
deberá lidiar con otros siete aspirantes de todos tamaños, y en Morena tendría
que sobreponerse a la creencia de que la candidatura le pertenece al senador con licencia Adán Augusto López Hernández,
dirigente estatal de ese partido.
En el
evento de ayer en que fue figura central,
Fernando Mayans pareció haber librado ese fantasma
que lo persiguió las últimas semanas y que ha amenazado con anular sus
aspiraciones políticas; me refiero al affaire
por el penoso episodio en que se le involucró con otros senadores cuando, a
micrófono abierto durante una sesión en la Cámara alta, bromeaban que eran usuarios de mujeres víctimas de trata.
Mayans
Canabal se deslindó de ese pecado,
aunque quienes lo escucharon en las entrevistas radiofónicas que se le
hicieron, dicen que actuó un tanto soberbio al ponerse en papel de víctima de
un complot –la clásica guerra sucia a que aluden los actores
políticos cuando se ven envueltos en escándalos.
El caso
es que Fernando Mayans ya está en el juego
sucesorio. Nadie puede demeritarle su prestigio como médico y tampoco el
papel que ha desempeñado como legislador federal, del que ayer presumió cuando
aseguró que en estos cuatro años como senador ha trabajado por garantizar el
derecho a la salud y seguridad social de los mexicanos, incidir en la
reactivación del empleo y la economía, y combatir la corrupción desde las más
altas esferas del poder público.
Destacó que como presidente de la
Comisión de Seguridad Social del Senado ha impulsado la aprobación de decretos
y reformas que representan avances legislativos, como la seguridad social para
cónyuges del mismo sexo, la atención de todas urgencias obstétricas en
cualquier hospital del Sistema Nacional de Salud, independientemente de su
afiliación, y el derecho a un segundo crédito viviendístico del Fovissste.
Desde que participa en la
actividad política, Mayans Canabal se ha declarado enemigo de la corrupción en
el sector público. Ayer refirió que uno de sus objetivos es darle “más dientes”
a la Auditoria Superior de la Federación para la interposición y seguimiento de
denuncias penales que resulten y pueda aportar pruebas al Ministerio Público.
Ahora faltará ver qué hará el
otro senador de la familia, el priista Humberto
Mayans Canabal. ¿Hará un nuevo intento por convertirse en candidato a
gobernador por el PRI?
AL GRANO
FÍJESE QUE Arturo Núñez dio una buena nueva ayer durante su intervención
en el informe del senador Fernando Mayans… El gobernador ponderó la decisión tomada por el gobierno
de la República de declinar al proyecto de construir una presa hidroeléctrica
en el río Usumacinta, en Boca del
Cerro, Tenosique… Esta propuesta ha estado presente desde hace muchos años y el
factor Guatemala –donde nace el
caudaloso río– lo había diferido… “El río Usumacinta
seguirá siendo el más caudaloso de México sin tener ninguna obra de control que
distorsione el ecosistema. Si antes se pudo hacer por no tener conciencia ecológica, hoy sería
irresponsable hacerlo, teniéndola”, recalcó el mandatario… Y es que una presa
en el Usumacinta impactaría
principalmente en la reserva de la biosfera Pantanos
de Centla.
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