Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Es el más aventajado de los aspirantes a
la candidatura tricolor a la gubernatura; si hoy se midieran las posibilidades de quienes han expresado su aspiración, no
habría quién se la arrebatara a Jesús Alí
de la Torre.
El ex candidato a gobernador ha
aprovechado el pleito de grupos priistas por los andrajos de la dirigencia partidista,
para dedicarse a lo suyo: caminar por todos los rumbos del estado para ganar
adeptos para su causa y tratar de repetir como abanderado en 2018.
Pareciera que esta vez le resultará más
sencillo conseguir la candidatura del PRI, que en 2012. Sólo existe un inconveniente,
algo que puede impedírselo: no camina solo.
Y no me refiero a que lleva detrás a
otros aspirantes –que sí los hay pero con menos posibilidades de competitividad
para ir a una contienda electoral–, sino a que en la casa de enfrente están dispuestos a cerrarle el paso para que uno
de los suyos no tenga obstáculos, llegue sin adversarios de peligro a la hora
de las urnas.
El PRD y la nueva clase gobernante harán
lo que tengan que hacer para retener la Quinta
Grijalva. Lo que hoy le aplican a Chucho
Alí –ley a secas– no es otra cosa que
la vieja escuela priista para quitarle
adversarios al tapado o delfín del gobernador en turno.
¿No así le hicieron a Evaristo Hernández Cruz los últimos
tres años del granierato? Lo ataron de manos con la amenaza de cárcel
por la supuesta compra irregular del equipo de reasfaltado conocido como Dragón y no tuvo más que hacerse un lado
y ‘sumarse’ al favorecido con la candidatura priista, que por cierto fue Alí de
la Torre.
A Evaristo Hernández lo quisieron procesar
penalmente porque lo acusaban de haber inflado
a casi 50 millones de pesos el precio del Dragón.
A Jesús Alí le hacen la vida de cuadritos
por el presunto manejo irregular del crédito por 450 millones de pesos que el
Congreso local le autorizó contratar siendo alcalde.
Con Hernández Cruz fueron sólo dos
facturas. Con Alí de la Torre hay un grueso expediente y, por lo que se ha
ventilado, mucha tela de dónde cortar.
Repasemos un poco lo sucedido:
El 3 de septiembre de 2015, la Contraloría Municipal
de Centro sancionó con inhabilitación a ocho ex funcionarios (colaboradores de Alí)
para ejercer cargos públicos por periodos de dos años seis meses hasta siete
años seis meses, por violaciones a leyes locales en el ejercicio de un
financiamiento bancario que le autorizó contratar el Congreso del Estado al
ayuntamiento 2010-2012.
Entre los funcionarios
inhabilitados está quien fue sucesor de Jesús Alí cuando se separó de la
alcaldía para irse de candidato: Cuauhtémoc
Muñoz Caldera, y con él los ex directores de Programación, de Finanzas, de Contraloría
y de Obras Públicas.
Y luego de la sanción
administrativa de la Contraloría Municipal contra su equipo de cercanos, el
caso pasó al Órgano Superior de Fiscalización y a la Fiscalía General del Estado.
El 3 de junio de este año, Jesús Alí compareció
por segunda ocasión en el año ante el OSFE. Llegó en compañía de su abogado Miguel Romero Pérez. El tema del
requerimiento fue el mismo por el que inhabilitaron a sus colaboradores: el
esclarecimiento de presuntas irregularidades en el manejo del
crédito por 450 millones contratado por su administración en 2010. Se habla de
desvío de recursos hasta por 50 millones de pesos.
Y si Chucho Alí o los miembros de su equipo
sostienen que todo se ha aclarado, que las presuntas irregularidades se
solventaron, el titular del OSFE, José
del Carmen López Carrera, declaró el lunes 6 que el proceso de revisión de las
anomalías detectadas se encuentra sin concluir.
El ex
edil capitalino “acudió para continuar los trámites que se siguen en el
procedimiento resarcitorio en relación al préstamo de Banamex de su trienio;
Fue citado a comparecer hace unos días. Los asuntos se están revisando todavía,
por lo que podría derivar en una denuncia penal”, indicó.
Y tras de Alí de la Torre,
seguirán en la pasarela en el OSFE
los ocho ex funcionarios inhabilitados.
No
son simples zancadillas. Hay un
grueso expediente tanto en el Órgano Superior de Fiscalización como en la Fiscalía
General como para que su camino en lugar de la Quinta Grijalva apunte hacia el Creset.
Él
asegura que tiene todo para limpiar
su nombre. Es hora de demostrarlo.
AL
GRANO
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