Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Mucho se ha dicho de lo que pasó el 5 de
junio en las 12 entidades que renovaron gubernaturas y de lo que puede ocurrir
en el 2018 si quienes detentan el poder o aspiran a conquistarlo no corrigen el
rumbo, no toman decisiones acertadas o simplemente no escuchan el clamor ciudadano
que les expresa su rechazo en las urnas.
Más allá de si el gran ganador de las
contiendas fue el PAN que se llevó siete gubernaturas, que si el que más creció
fue Morena al duplicar los sufragios obtenidos en las federales de 2015 o que
si el PRI no cumplió su meta de 9-12 vaticinada por su líder nacional Manlio Fabio Beltrones al lograr apenas
cinco triunfos, lo verdaderamente relevante fue la alternancia que se dio en
ocho entidades.
Las lecturas que se han hecho de los
recientes procesos electorales –en los que prevaleció la guerra sucia– y sus resultados son interesantes. Conviene
repasarlas porque esta vez parece que los electores más que elegir, decidieron
castigar. Hartos de gobiernos ineficaces y corruptos, los ciudadanos optaron
por el cambio. Algo similar a lo que sucedió en Tabasco en 2012.
Esto lo hizo posible el poder del voto, esa “voluntad ciudadana
que está por encima de los aparatos electorales, dádivas y spots”, como apunta Joaquín
López-Dóriga (Milenio,
07/junio/2016)
El presidente del
Instituto Nacional Electoral, Lorenzo
Córdova, señala que la alternancia en ocho de 12 estados donde hubo cambio
de gobierno, no es producto de los partidos ni de las campañas; es producto del
derecho al voto.
“No es un asunto menor lo
que ocurrió el domingo 5, porque es una lección que la propia ciudadanía nos da
a los políticos, a los analistas, a los funcionarios públicos, a los
opinadores, dejados y acostumbrados a dejarse llevar por el catastrofismo y la
estridencia que pega mucho y poco construye”, asentó Córdova. (El Universal, 09/junio/2016)
A este fenómeno –que rompió expectativas
de los propios partidos y encuestas previas y de salida– el analista Leo Zuckermann (Excélsior, 07/junio/2016) lo calificó como “una segunda transición
de la democracia mexicana: la de los gobiernos locales”.
Explica que si bien en México ya se
había dado la transición en el 2000, esta democratización no ocurrió en los
estados donde se consolidaron regímenes autoritarios, caracterizados por el
dispendio, abuso de poder, inseguridad y, sobre todo, corrupción.
“El voto
es el mensaje”, dice el columnista Ramón Alberto Garza (Reporte Índigo, 10/junio/2016), y
coincide con otros analistas cuando indica que pocas
elecciones como las del 5 de junio dejan tan claro el mensaje de una ciudadanía
que plasma en un sufragio su hartazgo.
“Desde que Vicente Fox ganó la
elección presidencial en julio del 2000 no se veía una exigencia de cambio tan
contundente en las urnas”, ante gobernantes que exhiben una corrupción
rampante, un endeudamiento desorbitado que deja en quiebra a sus estados y una
impunidad convertida ya en cinismo, subraya Garza.
El granierato
es un botón de muestra de todos esos
vicios que la alternancia de principios de siglo no logró erradicar. Le
siguieron los Duarte, Javier en Veracruz y César en Chihuahua, y Miguel Borge, en Quintana Roo. ¿Será
que a ellos, como al tabasqueño Andrés
Granier, les espera la cárcel?
Si bien se dio la alternancia, ésta no
fue posible por el nivel de debate, porque candidatos y dirigentes partidistas se dieron con todo. No fue una contienda
de propuestas, pues los adversarios exhibieron la podredumbre de su nivel de
cultura política.
Para el presidente del
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Constancio Carrasco Daza, a dos años de la reforma política es
innegable el desencanto ciudadano, pese a millones de promocionales que se
difundieron en las campañas políticas, porque no alentaron el debate público.
Lamentó que las campañas
olvidaran la presentación de propuestas concretas de políticas públicas y prefirieran
utilizar la propaganda para hacer imputaciones sobre delitos graves,
afirmaciones acerca de vínculos del adversario político con organizaciones
criminales y críticas generales.
“Estos son los rasgos que
hoy delinean la comunicación política frente al pasado proceso electoral.
Fueron los signos que adquirió nuestro avance hacia la democracia”, remarcó el
presidente del TEPJF. (La Jornada, 14/junio/2016)
El 2018 está prácticamente
a la vuelta de la esquina. Los
partidos y quienes llevaron al poder tienen apenas 18 meses para enmendar lo
que estén haciendo mal, para corregir políticas que rechazan los ciudadanos y
para comenzar a cumplir todo lo que han prometido en campaña. No olviden que el
voto tiene conciencia. Y es el arma
de los ciudadanos para cobrar agravios.
Ninguna victoria es para
siempre. Los perredistas en Tabasco deben tener muy en cuenta esto, máxime
cuando hay un Morena que ya le pisa los
talones y cuyo máximo jerarca estará en el 2018 en las boletas electorales, y un PRI que, aunque hoy escindido,
puede reagruparse si elige un candidato a gobernador que cohesione intereses y sea
atractivo para el electorado.
AL GRANO
Conmemoró el ayuntamiento de Centro el Día del Empresario y el alcalde Gerardo Gaudiano Rovirosa, que entregó
galardones, refrendó su compromiso de ser aliado del sector privado y brindarle
todas las facilidades y herramientas para que sus proyectos de negocios se
materialicen…
Y recalcó: “cuando me refiero a todas
las herramientas, es todo, que no se les pida mordida para hacer un trámite; que el presidente municipal esté
pendiente desde el inicio hasta que terminen su gestión”…
Llama la atención que entre los
galardonados se encuentren la diseñadora artesanal María Fernanda Caso, quien creó su línea de ropa involucrando a las comunidades
indígenas de Centro, y María Chávez
Yáñez, de la empresa que manufactura la salsa Chimay, de chile habanero que supera en calidad a muchas marcas yucatecas.
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