Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Por fin, mañana sábado estará en
Tabasco el jerarca nacional del priismo, Enrique
Ochoa Reza. Y vendrá del brazo de
la nueva integrante de su Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Georgina Trujillo Zentella.
Ella viene en su triple papel: secretaria general adjunta del CEN del PRI, diputada
federal y aspirante a la candidatura priista al gobierno de Tabasco.
Él llega cuando los priistas tabasqueños se sienten desamparados de
su dirigencia nacional, requieren un presidente sustituto –no interino– en su comité
estatal y un delegado del CEN que conduzca el proceso para elegirlo.
Hablemos primero del visitante:
Ochoa Reza no posee esa pinta de líder que suelen reflejar los
dirigentes nacionales del PRI. No la tenía antes y no lo consigue aún.
Su principal bandera es el combate a la corrupción, pero en los debates en que ha
abordado el tema, de verdad que no ha salido bien librado.
Alguien debió haberle dicho que PRI y
corrupción son casi sinónimo en la percepción de la ciudadanía, por más que él
se empecine en aseverar que sólo el 0.01 por ciento de los priistas son
corruptos. Con uno basta y sobra.
Antes de bajar del avión, Ochoa Reza
dará el último repaso a las tarjetas que le preparan sus asesores, para saber qué terreno pisará: un terreno fangoso.
El PRI de Tabasco –indicará el primer apunte– es un partido dividido en
el que prevalece la rivalidad de grupos, con un dirigente estatal al que se le
venció el periodo estatutario, y que en los 17 municipios, navega sin rumbo.
Es un PRI –se le advertirá– que no
sólo no da visos de encaminarse a la
recuperación del poder que perdió en 2012, sino que ya se ubica prácticamente
en tercer lugar en las preferencias electorales.
Es un partido que en este momento no
tiene una sola figura prominente, aglutinadora, reconocida por la sociedad para
contender con posibilidades de triunfo por la Quinta Grijalva.
Encontrará un priismo –concluirá la radiografía tricolor– que no espera
mucho de él, porque ya razonaron que no
tiene ni idea de cómo se arma un equipo para ganar elecciones. Cree que un
comité nacional es un pastel.
Un tuit de la ex diputada federal Ady
García López, que cuestiona las designaciones que recién hizo, exhibe esa impericia:
“@EnriqueOchoaR / me pregunto si en el país no
hay más que diputados y senadores para ocupar puestos en el CEN; pueden con
tantos trabajos?”.
Ahora vayamos con la acompañante de
Ochoa (¿cómoda o incómoda?):
Es un buen momento para Gina
Trujillo. Su nombramiento como adjunta al presidente del CEN, oxigena su añeja aspiración de convertirse
en candidata a gobernadora.
De su
nueva encomienda –que compartirá con la de presidenta de la Comisión de Energía
en la Cámara baja–, indicó que “es como un bombero
que atiende los humos que se puedan
ir prendiendo en algunos temas… es un
cargo delicado”. (Telerreportaje, 05Oct.2016)
Pero ni
aunque le dieran un nombramiento más, Trujillo Zentella cambiaría hoy ese deseo
al que había declinado hace algunos meses:
“Mis
aspiraciones siguen firmes –aseguró–. Yo sí quiero ser considerada para
encabezar los esfuerzos para recuperar Tabasco y este cargo es para acumular
experiencia para poder gobernar Tabasco”. ¿O será su trampolín?
De la percepción que se
tiene de Ochoa Reza, expresó que este sábado, “para
muchos cambiará la impresión que se tiene de un dirigente más técnico que
político”. Conste, lo dijo ella. En fin, veremos qué ocurre en la visita.
UN TANTITO… MENOS INSEGUROS
La verdad, no es cualquier cosa lo avanzado en el combate a la incidencia delictiva.
Poco a poco va cambiando la percepción respecto a la inseguridad.
En agosto era apenas un punto porcentual
lo avanzado después de andar, a mediados de año en una percepción casi
generalizada, de temor total, la más alta del país. De junio a agosto se
rescataron cinco puntos: de 95 pasó a 90.7, según la
Encuesta Nacional de Seguridad Pública
Urbana del INEGI.
Y del nada honroso primerísimo lugar, la capital
tabasqueña está ahora en quinto, debajo de Ecatepec (95.3 por ciento), CDMX
Oriente (94.2), Coatzacoalcos (93.4) y Acapulco (93.3).
Eso habla que está
dando resultados la acción coordinada de instituciones que velan por la
seguridad y que ha mejorado sensiblemente la difusión de cómo se combate la
criminalidad. Mejora la percepción y se recupera confianza.
Pero también refleja la firme
determinación de combatir la impunidad; esto es, que quienes delinquen no se salgan con la suya.
Fíjese que un informe de la Fundación Impunidad/Cero, revela que sólo
ocho estados (NL, Tabasco, Sinaloa, Chihuahua, Sonora, Hidalgo, SLP y Durango)
cuentan con estrategias para combatir la impunidad. (Excélsior, 06Oct2016)
AL
GRANO
¿Y promoverá Ochoa Reza la expulsión
de Andrés Granier Melo del PRI, con
eso que anda muy entrado con el tema
de los gobernadores corruptos?
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