Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
¿Vio la película Capitán Phillips? Basada en hechos reales, la cinta dirigida
por Paul Greengrass, protagonizada por Tom Hanks y estrenada a fines de 2013, narra la odisea que
vivió el capitán Richard Phillips, quien fue tomado como rehén por piratas somalíes mientras
dirigía el buque de carga MV
Maersk Alabama por el océano Índico, tras fracasar los filibusteros en el secuestro del buque en el año 2009.
La presencia de piratas es una realidad en pleno
siglo XXI. Se da en aguas internacionales y sus objetivos no son cofres de
tesoros, sino el secuestro de embarcaciones y de personas, así como el robo de
mercancías.
Piratas,
¿todavía existen en altamar?, se intituló un trabajo de Gunther Ketterer, publicado en el portal Coyuntura Económica
(14Ene.2010), en el que se refiere que aunque sumamente
antigua, con el paso del tiempo esta práctica ha ido tomando nuevos matices
producto de los avances tecnológicos. Si en sus inicios se realizaba casi
exclusivamente en el mar, “hoy lo apreciamos en todas partes; internet es el mar tecnológico ahora”.
Señala que la
evolución de la piratería no ha dado pie a la extinción de la vieja práctica
marina, sino que muy lejos de esto, ha permitido se perfeccione e incremente de
forma impactante.
Los nuevos piratas
surcan los mares completamente renovados. “Habrá que olvidarse de la escena de
cañones, los garfios y las amarras para acercarse a otro barco; ahora todos
usan armas automáticas, lanchas de gran velocidad y hasta GPS, pues tienen un nivel de experticia en las zonas que
habitualmente acechan francamente impresionante”, apunta Ketterer en su
reportaje.
Esto viene a cuento por un hecho delictivo
suscitado la víspera en el puerto Dos Bocas, en Paraíso, a donde ocho hombres
que habrían ingresado en lanchas por el mar, irrumpieron en las instalaciones
de Pemex con el propósito de robarse uno de los cajeros automáticos de Banamex.
Según versión del portal Tabasco Hoy, personal de Seguridad Física de Pemex frustró el robo del cajero perpetrado cerca
de las dos de la madrugada del lunes. Dichos individuos tenían todo listo para sopletear el cajero y dejaron todo
abandonado cuando se percataron de la presencia de los agentes de seguridad de
la paraestatal.
En las inmediaciones de
Dos Bocas existen por lo menos tres módulos con cajeros automáticos (dos de
Bancomer y uno de Banamex) en los que seis mil 700 trabajadores hacen efectivo
el cobro de sus catorcenas.
Lo que llama la atención de este suceso es la forma
cómo ingresaron a Dos Bocas los malhechores: por mar, utilizando lanchas con
motores.
No es una forma novedosa para cometer atracos en la
entidad, pues en Villahermosa maleantes usan lanchas para robar en zonas
residenciales ubicadas en las márgenes de la laguna Las Ilusiones.
Apenas el fin de semana nos enteramos que, también en
Paraíso, elementos de la Base de
Operaciones Mixtas y la policía municipal aseguraron cinco lanchas, seis mil litros de diesel y una camioneta, luego de tres enfrentamientos con presuntos
delincuentes, de los cuales uno fue detenido.
Estos hechos muestran cómo está creciendo y
evolucionando la delincuencia en estos tiempos en razón de múltiples factores.
¿Y sabe qué? Los cajeros automáticos de
instituciones bancarias o públicas (CFE) son el nuevo blanco de la delincuencia.
La Fiscalía General del
Estado inició el miércoles 5, investigaciones por cuatro intentos de robo a
cajeros automáticos, aquí en Villahermosa, que se frustraron gracias a que se
detectaron con oportunidad en el Centro
de Mando y Comunicaciones (C-4).
El gobernador Arturo Núñez Jiménez indicó que si bien
los homicidios dolosos, robos de vehículos y atracos a establecimientos
comerciales son los delitos más comunes en la entidad, en últimas fechas se ha
intensificado el robo de cajeros automáticos y asaltos a cuentahabientes.
Precisamente en estos
rubros se reforzarán las acciones de las instituciones que intervienen en el
grupo de coordinación de Seguridad Pública, subrayó el mandatario estatal.
La
forma en que se evitaron estos hechos ilícitos –el robo de cajeros en Dos Bocas
y en Villahermosa, así como el hurto de combustible– muestra la utilidad del C-4 para prevenir o actuar con rapidez, y
la efectividad del trabajo coordinado entre las corporaciones que intervienen
en el tema de seguridad pública, porque estamos ante una delincuencia tal vez
no tan especializada como los piratas modernos que atacan en aguas
internacionales, pero sí ante delincuentes que van dispuestos a todo.
AL GRANO
Los
ciudadanos también debemos estar prevenidos.
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