Por Fernando
Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
En las
condiciones en que el régimen morenista
recibió la industria petrolera nacional no había mucho que celebrar en la
conmemoración de la expropiación
decretada por el Presidente Lázaro
Cárdenas en 1938. Un Pemex arruinado y en ruinas. Los hidrocarburos, de
nuevo, entregados al capital privado. Sin embargo, hay petróleo para rato en México y este recurso
natural no renovable seguirá teniendo vigencia para la generación de energías
que mueven al hombre.
De allí que el
Presidente Andrés Manuel López Obrador
haya reafirmado ayer que “aún con
todo lo que hicieron para arruinar esta empresa de la nación, hay
posibilidades, hay condiciones para que resurja Pemex como una empresa que
produzca, sea eficiente y, sobre todo, sea manejada con honestidad, en que se
acabe para siempre con la corrupción” que imperó en 36 años de política neoliberal y de pillaje.
E hizo una
acotación importante que sin duda tranquilizará
a los mercados y a las calificadoras internacionales que le han puesto taches al desempeño de Pemex. Indicó que
se rescatará
la industria petrolera respetando los contratos que se firmaron el sexenio
anterior en el marco de la Reforma
Energética. “No vamos a cancelar ningún contrato que se haya suscrito con
empresas particulares nacionales o extranjeras… se respetarán todos”, subrayó.
En el caso de
Tabasco, la celebración tuvo una connotación especial porque se hicieron
anuncios que afectarán positivamente –eso creemos– las condiciones
socioeconómicas de sus habitantes con las inversiones que desplegará el
gobierno federal desde este mismo año para aumentar la producción de
hidrocarburos en aguas someras y en tierra, y en echar a andar la construcción
de la séptima refinería del país en Dos Bocas, Paraíso.
Las
participaciones de Octavio
Romero Oropeza, director general de Pemex y Rocío Nahle García,
secretaria de Energía nos permiten dimensionar cuán importante es y seguirá
siendo Pemex para Tabasco los próximos años. Ocupémonos de esto a partir de la información que
se nos aportó la víspera.
Octavio Romero expuso la situación de Pemex, que en
2012 producía arriba de dos millones y medio de barriles diarios, y en 2018 cayó
a un millón 800 mil. Para recuperar la producción, este año se desarrollarán 20
campos nuevos –16 en el litoral de Tabasco y sonda de Campeche– y cuatro en
tierra: tres en nuestro estado (Chocol,
Valeriana y Cibix) y uno (Ixachi) en
Veracruz.
Para los 16 campos en aguas someras, con 72 pozos, se
construirán 13 plataformas marinas e instalarán 14 ductos submarinos con
longitud de 175 kilómetros, que se interconectarán con ocho plataformas
existentes en la sonda de Campeche y litoral de Tabasco para recoger la
producción.
En tanto, los cuatro campos que van en tierra, con
44 pozos, implicarán la construcción de tres plataformas de perforación y la
ampliación de nueve, y requerirán 13 ductos con longitud de 88 kilómetros y la
instalación de una batería de separación y la optimización de otra ya
existente.
Y dio un adelanto: “todo lo que tiene que ver con
la infraestructura, plataformas, ductos e interconexiones las tenemos
contratadas al 100 por ciento al día de hoy, y de los 116 pozos, ya llevamos poquito más del 50 por ciento”.
A quienes cuestionan su capacidad, por tratarse de
un ingeniero agrónomo dirigiendo una de las compañías petroleras más grandes
del mundo, Romero Oropeza prácticamente les respondió: “En toda la historia de Pemex
nunca se habían desarrollado en un año 20 campos nuevos”. Todo ello para
reducir la caída, detener e incrementar la producción de petróleo, que hacia
fines de 2024 andará por los dos millones 650 mil barriles; el doble de lo de
ahora.
Eso, por un parte. Por la otra, la secretaria de
Energía confirmó que además de la rehabilitación de las seis refinerías
existentes, para que lleguen a producir la capacidad para la que fueron diseñadas
de un millón 560 mil barriles por día –hoy están procesando 580 mil barriles
diarios–, se construirá la séptima refinería del Sistema Nacional de Refinación, en el puerto Dos Bocas, Tabasco.
“Hoy se inicia el proceso de la licitación del Project Manager Construction, que estará
en la refinería de Dos Bocas, con una capacidad de 340 mil barriles de crudo pesado por día”, especificó.
Para la refinería se tienen 566 hectáreas de
terreno propiedad federal, y ya se trabaja en su acondicionamiento y en el
mejoramiento masivo del suelo. La factoría tendrá 17 plantas de proceso, una
planta de energía eléctrica y otra de servicios auxiliares, obras de
integración de plantas, 93 tanques y esferas de almacenamiento, urbanización,
edificios, talleres y áreas verdes.
Va a tener una infraestructura externa para enlace
con la terminal marítima Dos Bocas:
ductos, accesos carreteros, vía de ferrocarril, acceso al muelle, línea de transmisión
eléctrica, obras hidráulicas, de saneamiento y telecomunicaciones.
“Hoy se entrega esta licitación; va a ser por invitación restringida a cuatro
empresas, las mejores del mundo para
una obra de este tamaño”, resaltó durante la rueda de prensa mañanera de López Obrador. Y concluyó: “Todo lo que se necesita para un
permiso de refinación, Pemex lo cumplió cabalmente”.
Queda
claro cuál es el propósito del mandatario nacional en materia energética y su
prioridad es que Pemex produzca crudo y lo procese para garantizar la
autosuficiencia en combustibles, y dejemos de importar no sólo gasolinas sino
hasta crudo. Esperemos no se salga
del compromiso que refrendó ayer: “Vamos a reforzar a Pemex, a la industria petrolera
nacional; lo vamos a hacer con eficiencia, combatiendo a la corrupción y con
mucho trabajo”.
AL GRANO
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