Por Fernando
Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
La
verdad, da gusto saber que empresarios tabasqueños se preparan, unos, y dicen
estar ‘listos’, otros, para competir en los procesos de adjudicación de obras
relacionadas con la construcción de la refinería de Dos Bocas.
Cuatro
lobos extranjeros se disputarán el gran paquete que implicará erigir en
tres años una factoría cotizada en 160 mil millones de pesos –50 mil millones se
ejercerán en 2019–, y se requerirán obras complementarias, dentro y fuera de la
refinería que significarán negocios atractivos para muchos empresarios de los
ramos de la construcción, industria manufacturera, proveedurías y servicios.
El presidente de la Coparmex Tabasco, Ricardo Castellanos Martínez de Castro, apuntaba que el anuncio de
la primera licitación para la nueva refinería en Dos Bocas es el punto de partida para el desarrollo de
la entidad que se ha estado esperando.
Anotaba el líder del sindicato patronal estatal que la
convocatoria emitida por el gobierno federal es importante porque permitirá
saber cuál es el alcance, qué es lo que van a requerir, cuáles son los tiempos,
qué equipos tendrán que fabricarse y qué obras habrán de ejecutarse.
Vendrán,
pues, meses de mucho dinamismo y expectativas, que exigen que el sector privado
de la entidad se ponga las pilas, que
los empresarios integren consorcios locales para competir con las compañías
nacionales y extranjeras que vendrá a disputarse los contratos. Y eso está a la
vuelta de la esquina.
Los
detalles sobre la séptima refinería del país dados a conocer el lunes 18 por la
secretaria de Energía, Rocío Nahle García,
le permitirán a nuestros hombres de
empresa visualizar cuáles son las oportunidades de negocios que se les
presentan con la mega-obra que ya
quisieran tener otros estados.
Será
una refinería con capacidad para 340 mil barriles por día; procesará crudo de 22
grados API, que a diferencia de las
otras seis factorías del Sistema Nacional
de Refinación están diseñadas para refinar petróleo de 32 grados API; se trata de un crudo más pesado que,
a nivel mundial, es el de mayor demanda porque se obtiene mayor cantidad de diésel.
El complejo se erigirá en una superficie de 566
hectáreas, donde se establecerán 17 plantas de proceso –una de nuevo diseño–, planta
de generación de energía eléctrica, servicios auxiliares, obras de integración
de plantas, 93 tanques y esferas de almacenamiento, urbanización, edificios,
talleres y áreas verdes.
Además, tendrá una infraestructura externa, para su
enlace con la terminal marítima Dos Bocas,
que comprende: ductos, accesos carreteros, vía de ferrocarril, acceso al
muelle, línea de transmisión eléctrica, obras hidráulicas, de saneamiento y
telecomunicaciones.
¿En cuáles de estos rubros se anotan nuestros
empresarios para participar? Hay mucho dinero de por medio y muchas
oportunidades de negocios.
Rocío Nahle no habló –el lunes– del proyecto como
posibilidad sino como un hecho. “La nueva refinería estará ubicada en Dos
Bocas, Tabasco”, aseveró la titular de Sener al precisar que se tienen todas
las especificaciones técnicas y cabalmente cumplidos todos los requisitos que
exige la ley para una obra de esta envergadura que no se hacía en nuestro país desde
hace 40 años.
Veamos de qué habla: “Ya tenemos un listado de
productos terminados en capacidad, especificación y volumen, diagrama de flujo,
cartas-compromiso para cubrir garantías y seguros que sean requeridos, contrato
de compra-venta de crudo entre las subsidiarias de Pemex, garantía de
comercialización de los combustibles, acreditación de la capacidad financiera,
aprobación de pre-inversión y proyección presupuestaria, declaración de
impuestos, acreditación de capacidad técnica, dictamen técnico y económico”.
Además, “se acreditó el diseño de la infraestructura y
equipo, que es acorde con las mejores
prácticas ambientales. Se presentó un manifiesto de conocimiento
regulatorio, evaluación de impacto social y anexos de avaluación económica y
técnica, entre otros”, detalló.
Hoy –abundó Nahle– técnicos del IMP, Pemex, Conagua,
CFE, gobierno de Tabasco e Instituto de Ingeniería de la UNAM, “han trabajado y
apoyado este estudio del cual ya tenemos estudios topográficos, geotécnicos, de
impacto y riesgo ambiental y social, ingeniería básica extendida, y ya se
prepara el acondicionamiento del sitio de las 566 hectáreas”.
¿Faltará algo? Quizá definir cuál de los cuatro
grandes consorcios internacionales gana la gran licitación, cuyo proceso
acompaña y vigila de cerca la Secretaría de la Función Pública, desde la
selección, evaluación y adjudicación, hasta la construcción de la obra, para
que no se contamine de prácticas
deshonestas.
¿Faltará algo? Quizá que los empresarios tabasqueños
nos digan en qué rubros van a disputar contratos, a invertir o asociarse entre
ellos, o con otros inversionistas nacionales o extranjeros para tomar parte en
cualquiera de los seis paquetes de obra de integración de una refinería que
promete ser de ‘alta eficiencia energética’ y en su construcción se proyecta
generar alrededor de 23 mil empleos directos y 100 mil indirectos.
El
área destinada a la edificación de la refinería son 566 hectáreas aledañas al
puerto Dos Bocas, en Paraíso, una superficie en la que podrán hacerse gran
diversidad de negocios, siempre que se cuente con la capacidad tecnológica,
productos y servicios de calidad, y soporte técnico y económico para competir.
Si
nuestros emprendedores logran
involucrarse, la economía de Tabasco podrá tener bocanadas de oxigeno luego de la debacle petrolera del último
lustro.
¿Cómo
le harán para competir? ¿Con qué potencial cuentan? ¿Cuáles son sus ventajas respecto de quienes vienen de
fuera atraídos por la fiebre del oro
negro? Queremos escucharlos. Habrá que ver
para creer.
AL GRANO
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