Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Como si el
simple relevo en el mando fuese a poner punto
final a la grave descomposición y división interna que prevalece en el PRI
Tabasco desde la derrota en las elecciones intermedias del 7 de junio de 2015, ya
hay postores con correa que buscan quedarse con los andrajos del otrora poderoso partido
que, desde la pérdida de la Quinta
Grijalva en el 2012, asemeja un barco a la deriva.
Al actual dirigente
interino, Miguel Ángel Valdivia de Dios,
lo quieren echar del edificio de 16 de
Septiembre, sin darle oportunidad de demostrar que puede cohesionar al
priismo, reorganizarlo y prepararlo para ir en condiciones de competitividad a
la batalla electoral de 2018 para tratar de recuperar todo lo perdido.
Cada
aspirante a concluir el periodo iniciado por el balancanense Erubiel Alonso Qué en noviembre de 2013
–que termina a fines del 2017– promete las perlas
de la virgen: aseguran que sólo ellos pueden hacer posible la recomposición
del PRI y reencauzarlo hacia la ruta de las victorias electorales.
Nadie dice
que son ellos los que han puesto piedras
en el camino a la actual dirigencia y, menos, que detrás de ellos existe
una mano que mece la cuna.
Miguel Ángel
Valdivia ha expresado que desea convertirse en el presidente sustituto, una vez
que el Consejo Político Estatal del PRI emita la convocatoria respectiva. Para
aspirar, tendrá que separarse del CDE.
Él tiene
claro que su continuidad requiere dos cosas: una, tomar acuerdos y negociar con
los diversos grupos que también quieren la dirigencia, y dos, recibir la venia
de su líder nacional Manlio Fabio
Beltrones, quien lo envió a relevar de manera interina a Erubiel Alonso el
11 de enero de este 2016.
Todo indica
que el ex dirigente de la CNOP y ex presidente de la Fundación Colosio en
Tabasco ya recibió luz verde del
sonorense para seguir al frente del PRI. Pero no lo confía a nadie no vaya a
ser que del plato a la boca…
El momento
para elegir al presidente sustituto será después de las elecciones que habrán
de celebrarse el 5 de junio en 14 entidades, en que estarán en juego, además de
congresos locales y ayuntamientos, 12 gubernaturas entre ellas por lo menos
tres que serán vitales para reafirmar el predominio electoral priista en el
país previo a la contienda presidencial de 2018.
También
están a la espera de renovación 10 comités directivos estatales. Por eso no
interesa tanto al CEN priista designar a un dirigente sustituto en una entidad
donde ese partido no gana desde 2012.
Hay por lo
menos dos, tres y hasta cuatro priistas que quieren aguarle la fiesta a Miguel Ángel Valdivia. Ya no se ve a Gustavo de la Torre Zurita, quien
estaría impulsado por la diputada federal Georgina
Trujillo de Dios, que volvió a encartarse
como aspirante a la candidatura al gobierno estatal.
El
macuspanense Aquiles Domínguez Cerino,
quien trae el sello del senador Humberto Mayans Canabal, desde el año
pasado quiso relevar a Alonso Qué y ha expresado a quien le escuche que buscará
la dirigencia.
Y ayer se lanzó al ruedo el ex candidato a
diputado local por el distrito II de Cárdenas, Miguel Ángel Moheno Piñera, a quien se ubica en el establo de Jesús Alí de la Torre, que quiere repetir como candidato a
gobernador.
Moheno Piñera hizo un acto de destape en el que le dieron su aval una
veintena de cartuchos quemados, que
lo consideraron a él idóneo para la presidencia del CDE y a Patricia Hernandez Calderón, para
la secretaría general. Sólo que nadie le ha dicho al cardenense que como número
2 del PRI seguirá la diputada local Gloria
Herrera de la Cerna.
Otros que estaban en la lista de aspirantes a la
dirigencia priista, ya no se escuchan. Me refiero al ex alcalde de Paraíso, Jorge Alberto
Carrillo Jiménez; al delegado del Infonavit, Nicolás Bellizia Aboaf, y a la ex diputada
federal Lorena
Beauregard de los Santos.
El actual secretario de Organización del CDE, Pedro Gutiérrez
Gutiérrez, tampoco ha manifestado que buscará la
dirigencia. Todo indica que hace equipo con Miguel Ángel Valdivia.
No hay
garantía de que con alguno de ellos, ni con el propio Valdivia de Dios al
frente del CDE, el tricolor recuperará el paraíso
perdido en Tabasco. Son muchos los factores que influyen en las victorias
electorales. Y uno de ellos es la unidad partidista, pero aquí lo que aflora es
el egoísmo: la ‘unidad soy yo’, pareciera escuchársele a más de un aspirante a
dirigir ese partido.
AL GRANO
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