Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
En el inicio de un nuevo recorrido por
la geografía tabasqueña, para la entrega de obras y acciones sociales, Arturo Núñez Jiménez consideró oportuno
hacer definiciones acerca de su desempeño como gobernador y responder a quienes
han puesto en duda la probidad de su gobierno.
Este posicionamiento –desde una apartada
y aislada comunidad de Jonuta: el poblado Chanero– que registró en sus ocho columnas la edición de Rumbo
Nuevo del jueves 11, no se le escuchaba al mandatario estatal desde
hacía mucho, ni siquiera a principios de julio cuando hizo ajustes en áreas
torales de su administración.
Exclamó: “aquí están los hechos”, a
quienes cuestionan una supuesta ausencia de obras y resultados en más de tres
años y medio de gestión. Y a quienes han querido manchar su honor, refutó que no buscó el cargo de gobernador para
hacerse rico o “ver qué me llevo
de Tabasco” sino servir a los tabasqueños.
No aludió a cuestionamiento específico.
Ni a aquella carta que le dirigió un
comunicador en su programa de radio (Telerreportaje,
23/mayo/2016). Ni a la supuesta colocación de fondos educativos en el mercado
bursátil denunciada por priistas –se aclaró que fue a “una cuenta productiva normal permitida por la ley”–.
Vamos,
ni siquiera a lo que expresó de su persona el líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador en su última
visita el sábado 6.
Por cierto, pocas voces salieron en
defensa de Núñez Jiménez. Registré la de Candelario Pérez Alvarado. “Al señor gobernador, nuestro respaldo
y apoyo al trabajo que ha venido realizando para poder darle estabilidad
económica a este estado”, expresó el dirigente estatal del PRD el lunes
8.
Arturo
Núñez no se refirió a persona alguna. Habló así: “Por ahí hay gente malhablada
que dice que yo me estoy enriqueciendo. Quiero decirles de frente, con la
limpieza de mi desempeño en el tiempo que llevó como gobernador, que yo no soy
contratista, yo no soy proveedor del gobierno de Tabasco, yo no soy negociante.
Ni tengo casa, ni rancho… eso debe quedar bien claro. Yo soy un político al
servicio de su pueblo”.
Recordó su discurso de
asunción al Poder Ejecutivo (31/diciembre/2012). “Lo
dije oportunamente: yo no vine a ver qué me llevó de Tabasco; vine a entregarme
a Tabasco y en eso estoy; en eso voy a seguir estando. Vamos juntos a trabajar
por todos los tabasqueños, pero sobre todo por los que más lo necesitan”,
aseveró.
Habló ante
jonutecos, pero su mensaje fue para todos sus paisanos, incluidos sus
detractores: “Les puedo decir con la mirada limpia, abierta, que estoy dedicado
a servir limpiamente a Tabasco, y que esto (las habladurías) no me quitará el ánimo para hacerlo de entrega total,
hasta el último minuto de mi mandato… Y el tiempo colocará a todos en su lugar”.
Defendió también
las bondades de los programas sociales de su gobierno (Corazón Amigo, Casa Amiga,
Cambia tu Tiempo y Edifica) que –puntualizó– tienen el
sello de un gobierno identificado con la izquierda, que tiene origen en un partido
con compromiso muy sólido con la población más necesitada.
Estos
tiempos –será más frecuente cuando se acerquen épocas electorales– se
caracterizan por la virulencia de las críticas, con razón o sin ella, hacia los
hombres del poder y quienes ejercen la actividad política; sólo que las murmuraciones de los cafetólogos de antaño han sido
sustituidas por oleadas de mensajes
en redes sociales, donde el sentido
de responsabilidad y la veracidad de los contenidos es lo que menos importa.
Esos son riesgos del ejercicio público,
del quehacer político. Por eso hay que estar atentos a las percepciones que se
van generando, porque no sólo pueden menoscabar el trabajo de un gobierno, sino
echar por la borda honras ajenas.
Los siguientes 60 días, el gobernador
se dedicará a mostrar y demostrar que su gobierno trabaja con eficiencia, es de
resultados y está al servicio de los tabasqueños con obras y acciones que les
benefician. Para que todos lo sepan.
AL GRANO
POR SI HACÍA falta. Este jueves El Economista divulgó que la Auditoria Superior de la Federación denunció penalmente a 14 gobiernos estatales –entre éstos el de Tabasco– que simularon devolver dinero del presupuesto federal, luego de observaciones al manejo de los recursos asignados y que al final no entregaron, de la cuenta pública 2014… Las acusaciones son por una suma de ocho mil 25.6 millones de pesos del ejercicio 2014, aunque lo observado a Tabasco fueron 136.1 millones… LA REACCIÓN DEL gobernador fue tajante: ordenó a la Contraloría del estado un informe sobre estas observaciones, o la aclaración pertinente a la nota periodística… “No vamos a permitir ninguna corruptela en el gobierno del Estado”, sentenció… Ah, porque ya se veía venir otra campañita.
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