Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Si se trataba de resumir en una palabra
el balance al final del sexenio, donde puestas en una balanza las realizaciones y logros del ejercicio de gobierno, de un
lado, y de otro, desafíos y reclamos sociales mayúsculos en la nueva realidad
tabasqueña, Arturo Núñez Jiménez lo
hizo: ‘insatisfacción’.
Cierra el mandatario tabasqueño seis
años de ejercicio de gobierno con un diagnóstico crítico que no se le recuerda
a ninguno de sus antecesores, ni a quien enfrentó la peor inundación (2007) y
fue protagonistas del mayor saqueo documentado a las arcas estatales.
Aunque el evento en el centro de
convenciones Tabasco 2000 se prolongó
dos horas y media, bastaron noventa segundos para que el gobernador Núñez
describiera esa realidad que se
antepuso a sus propósitos y a cualquier mérito en su desempeño, y esbozara,
también, lo que desde su visión, depara a los tabasqueños los años por venir.
Leamos:
“Culminamos un trayecto, el cual a partir del punto
de nuestra historia donde reiniciamos y de los que comprometimos hacer para
salir adelante, registramos logros y también insuficiencias, deficiencias,
dificultades, realizaciones y rezagos, progresos y desafíos en áreas
fundamentales de nuestra convivencia colectiva y del quehacer gubernamental.
“En términos de las propuestas hechas en campaña,
traducidas en objetivos, estrategias y líneas de acción en el Plan Estatal de Desarrollo 2013-2018
registramos avances significativos en el 93 por ciento de las mismas. Con todo,
reconozco que aun con lo alcanzado, enfrentamos insatisfacción ante las
realidades nacional y estatal lacerantes en que se desenvuelven amplios segmentos
de la población.
“La luz
se empieza a ver al final del túnel,
como lo he acreditado con las inversiones en proceso de maduración, pero hoy a
Tabasco se le abre una oportunidad histórica única, que todos debemos
contribuir a concretar, ante el hecho de que por vez primera en la historia
nacional un tabasqueño ha recibido la honrosa distinción y responsabilidad de
ser, a partir del próximo 1° de diciembre, el Presidente constitucional de
todos los mexicanos, el licenciado Andrés
Manuel López Obrador”.
¿Qué sucedió? La debacle petrolera (caída de los precios internacionales de crudo y de
la producción de hidrocarburos) golpeó los ingresos del gobierno nuñista, a partir de drásticos recortes a las participaciones federales,
principal motor de las finanzas del estado,
que se tradujeron en la tasa de desempleo más elevada del país, mayor
inseguridad pública, e insuficiencia presupuestal para aceitar el aparato gubernamental.
Al final del trecho sexenal, los
recursos presupuestales resultaron insuficientes para el pago a proveedores de
insumos y servicios, y para cubrir salarios y prestaciones de miles de empleados
eventuales a los que se prefirió mantener en nómina, que lanzarlos a engrosar
una tasa de desempleo que rayó los
ocho puntos porcentuales en este 2018.
Pese al escenario económico adverso, Núñez Jiménez heredará
bajos niveles de deuda pública y un equilibrio
financiero moderado; hoy Tabasco ocupa el lugar 11 como el estado menos
endeudado y el cuarto con menor afectación de participaciones fiscales (hay
comprometidos 24.3 pesos de cada 100).
Hizo dos recomendaciones: una, aconsejó que en la
etapa por venir todos los actores políticos deben auto-contenerse para reforzar la unidad en circunstancias que así
lo exigen; y dos, dado que el principal problema del sector salud es financiero
–76.4 por ciento de su presupuesto es para pago de nómina y sólo 24.6 para su operación–,
sugirió equilibrar esa balanza para asegurar servicios de calidad con trato
digno.
Ponderó que quien le sucederá en la gubernatura, Adán Augusto López Hernández, haya
hecho de la reconciliación de los
tabasqueños la divisa principal de su discurso y de sus acciones, y garantizó
que el relevo que vivirá la entidad el 31 de diciembre se dará bajo un esquema
de plena coordinación.
UN
TABASCO EN PAZ: SEGOB
En el evento, el Presidente Enrique Peña Nieto, estuvo representado por el secretario de
Gobernación, Alfonso Navarrete Prida,
quien reconoció que al gobierno de Núñez le tocó la baja más grande de precios del
petróleo y recibió los más altos niveles de desocupación abierta, y pese a ello
está entregando un estado en paz y tranquilidad –habrá que acotar que en el
sexenio fueron desactivadas casi dos
mil protestas ciudadanas sin violencia–, y confió en que la Secretaría de Hacienda pueda
hacer un ‘esfuerzo presupuestal’ y apoye las gestiones del mandatario estatal para
solventar compromisos pendientes.
AL
GRANO
LA GLOSA Y EL DEBATE… Tras recibir en la
sesión solemne del Congreso local el documento conteniendo el VI Informe del jefe del Ejecutivo
estatal, el
presidente de la Mesa Directiva, Tomás
Brito Lara, anunció que en fecha próxima se citará a los responsables de
las distintas áreas de gobierno, que deberán informar sobre los alcances de su
gestión… Indicó que conforme a la normatividad, se les preguntará con absoluta
libertad, aunque observó que el formato “se encuentra superado ante la realidad
de una sociedad que demanda una mayor y eficaz interlocución entre poderes, que
contribuyan no solo a la transparencia y rendición de cuentas en la acción
gubernamental, sino a un verdadero ejercicio de debate parlamentario”…
AL ÚLTIMO INFORME de Arturo Núñez, acudieron la gobernadora
electa de Puebla, Martha Alonso Hidalgo;
los ex gobernadores tabasqueños Enrique
González Pedrero –otra vez el más aplaudido–, Enrique Priego Oropeza y Víctor
Manuel Barceló; los ex mandatarios de Chiapas, Julio César Ruiz Ferro; de Nuevo León, Natividad González Parás; de Morelos, Graco Ramírez Garrido, y de Zacatecas, Amalia García Medina, así como el ex jefe de Gobierno de la Ciudad
de México, Miguel Ángel Mancera…
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