Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
La atención a la salud es, debe ser –aquí y en China– una prioridad para
cualquier gobierno. De la calidad y oportunidad con que brindan sus servicios
las instituciones médicas, dependen muchas, miles de vidas. No debería haber excusa
que justifique una afectación a los recursos públicos para que este sector se
desenvuelva en los niveles mínimos
aceptables que le permitan, por un lado, evitar epidemias y, por otro,
atender las dolencias de la población.
Sin embargo, en las últimas dos décadas
los recursos para el Sistema Estatal de Salud de Tabasco han ido a la baja y
las cosas se complicaron, empeoraron –mejor
dicho– el último lustro con la caída de los ingresos procedentes de las
participaciones federales vinculadas a la actividad petrolera. Hoy, no hay
dinero que alcance para satisfacer la demanda de servicios y medicamentos.
El secretario de Salud, Rommel Cerna Leeder acudió ayer al
Congreso local para la glosa del VI
Informe. Más allá de que sus argumentos no
convencieron a los legisladores que lo increparon –en un momento en que a muchos
no los calienta ni el sol–, hizo un diagnóstico clínico de la situación del
sector que debe ser tomado en cuenta, para que no se repita, no sólo cada fin
de sexenio, sino en cualquier época una crisis hospitalaria como la que hoy
vive la entidad que, contra lo que se diga, tiene similitudes a la de 2012,
pues aunque distintas las causas que la generaron, el enfermo es el mismo: el pueblo tabasqueño.
Cerna Leeder comenzó justificando que la crisis petrolera de alcance
nacional, ha reducido las participaciones federales hacia estados petroleros como Tabasco, causando una considerable
disminución en la inversión en salud, que afectó severamente la operación de
los servicios de atención médica.
Expuso que la proporción del producto interno bruto (PIB) que se destina al gasto público y
privado en salud en México es apenas del 6.2 por ciento, uno de los más bajos
de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), que en promedio es de 9.3 por ciento, aunque Tabasco –sin incluir
el gasto privado– pasó del primer lugar nacional en el año 2000 con 5.1, al
lugar 29 en 2014, con 2.3 por ciento.
Abundó que la prevalencia del desempleo en Tabasco –citó
que al corte de septiembre de 2018 es del 7.3 por ciento, ocupando el
primer lugar nacional–, está asociada a una reducción del acceso de la
población a las instituciones de seguridad social, con el consecuente
incremento de servicios a población
abierta, tanto de usuarios tabasqueños como de personas que vienen de
Chiapas, Veracruz y Campeche, que llegan a representar hasta 30 por ciento de
la demanda de servicios en hospitales regionales de alta especialidad. A esto
se agrega, la atención médica que se les brinda a migrantes de Centroamérica,
para lo cual no se cuenta con financiamiento alguno.
Con todo y los recortes
es un mundo de dinero el que maneja
la Secretaría de Salud de Tabasco: en 2018 se le asignaron siete mil 281
millones de pesos, de los cuales 76 por ciento se fueron al pago de nómina y
solo 24 por ciento al gasto de operación.
En síntesis, las aportaciones de recursos federales
para este sector han bajado hasta en 50 por ciento, lo que en los últimos meses
ha dilatado la crisis en unidades
médicas, asentó el funcionario estatal, quien acabó aceptando que “en
materia de salud siempre se queda uno
corto, ya que ante nuevos logros, surgen nuevas necesidades que cada día
son más complejas”.
El reto para los próximos años –estableció Cerna
Leeder– será gestionar y lograr ante las instancias de financiamiento, el
incremento del gasto de operación que
se estima de forma ideal en cinco mil 784 millones de pesos anuales. Además del
Apartado 1000 que es de cinco mil 450
millones, para hacer un total de 11 mil millones de pesos para ejercerse en el
2019, “y evitar que se repita está historia
financiera”.
Actualmente, el gasto
de operación es de mil 984 millones, lo que ha generado un déficit de más
de tres mil 800 millones de pesos, que –a decir del compareciente– “se refleja
diariamente en la problemática que enfrentamos para mantener funcionado la red
de servicios de atención médica”.
Estas reducciones presupuestales se han traducido en
deficiencias graves en los servicios hospitalarios, en el suministro de
medicamentos y en el pago de percepciones del personal de base y bajo contrato.
Pese a ello, durante la actual administración se ha realizado un esfuerzo
considerable para el fortalecimiento de los programas preventivos, la
infraestructura sanitaria y el equipamiento en los tres niveles de atención,
aseguró el funcionario.
Quizá –como lo expuso Cerna– hay mucho de qué hablar
y qué mostrar de los logros del sexenio en salud que, sin embargo, se opacan o se
anulan ante tantas carencias que brotan a diario, ante el viacrucis de pacientes y familiares que a las quejas por su
padecimientos, suman la mala atención.
Habrá que acotar que una cosa son las
cuestiones atribuidas a la carencia de recursos suficientes, y otra, las
irregularidades con el uso del presupuesto o la
sustracción de medicamentos en hospitales y en el almacén de la Secretaría, que
deben traducirse en sanciones para los responsables.
AL GRANO
NOS
SUMAMOS a la condena a la agresión que sufrió la reportera Vanessa Lara Castillo, de XEVA
Noticias– a la salida de Rommel Cerna del recinto legislativo… Esperemos que
se castigue al responsable y que esa no sea una situación que se repita en el
Congreso local y en ninguna parte…
“NO SE QUEDA uno satisfecho. Uno, el formato de
comparecencia no ayuda y, segundo, los secretarios que han comparecido solo han
venido a evadir las preguntas que se les han hecho”, sentenció el presidente de
la Mesa Directiva del Congreso local, Tomás
Brito Lara...
QUEDA
PENDIENTE la revisión de la comparecencia del titular de SOTOP, Luis Armando Priego Ramos… Y es que hay muchos pendientes…
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