Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Esta es la primera vez en la historia en que el PRI
Tabasco no gana una posición en un proceso electoral o, visto de otro modo, le
ganaron todos los cargos federales y locales que estuvieron en juego en las
elecciones del 1ª de julio.
Todo mundo, hablando de perdedores, atribuye en
estos momentos sus derrotas al efecto
AMLO, pero en el caso del PRI –cuyos dirigentes y candidatos quisieron
generar la percepción que habían alcanzado al partido (Morena) que desde que
inició la contienda fue puntero en las preferencias ciudadanas– hay elementos
de sobra para asegurar que ese factor fue alimentado por ellos.
El mal gobierno de Enrique Peña Nieto, cuyo sello fue la corrupción y que motivó un
rechazo ciudadano del tamaño del triunfo del morenista Andrés Manuel
López Obrador, fue sin duda la lápida más pesada que tuvieron que cargar
los candidatos priistas que soñaron
que podrían ganar contra los pasivos de su propio partido.
En las elecciones federales del 2006, el PRI perdió
por el factor paisanaje ejercido por
López Obrador: las dos senadurías y los seis distritos federales; en 2012, se
repitió la dosis, pero como ese año
las elecciones federal y estatal se empataron,
fue despojado también de la gubernatura, del control del Congreso local y la
mayoría de los ayuntamientos (por el PRD).
2018 fue el peor momento para el PRI –al que ahora
quieren cambiarle el nombre, pero no sacudirle los vicios y lastres–, porque no
sólo volvió a perder el carro completo
de la elección federal y también de la estatal, sino que fue desplazado a lo
que todo mundo decía desde 2016: que ya era la tercera fuerza en el estado, aunque en Emiliano Zapata quedó en
cuarta posición.
Imagínese cómo le fue de mal al priismo que en esta
contienda se alejó por completo de la posibilidad de recuperar la gubernatura
que en 2012 le arrebató el movimiento de la izquierda tabasqueña.
Los más de 400 mil sufragios logrados hace seis
años no aparecieron por ningún lado: ni los obtuvo Georgina Trujillo Zentella, su candidata a la gubernatura (con 138
mil 596 sufragios apenas alcanzó
11.60 por ciento de la votación total), ni se los llevó a su
candidatura independiente Jesús Alí de
la Torre (con 23 mil 223 votos logró el 01.94 por ciento del millón 193 mil
912 papeletas depositadas en las urnas por ciudadanos tabasqueños).
No puede decirse que Gina Trujillo y algunos de los
candidatos a cargos federales y locales hicieron malas campañas. Le echaron muchas ganas, pero pesó más la aversión
por el PRI que fue la misma que infló
a Morena.
¿Qué va a pasar con el PRI? ¿Qué ruta
deberá transitar el tricolor para no desaparecer el mapa político de Tabasco?
No veo por dónde Morena pueda dejarse
arrebatar el poder en las próximas elecciones –las intermedias de 2021–. Las
inversiones que llegarán a Tabasco por decisión del Presidente López Obrador,
apuntalarán más a este partido.
La presencia del PRI en la nueva
correlación de fuerzas que determinó el voto de los tabasqueños el 1ª de julio,
se redujo a los cinco diputados plurinominales que tendrá en el Congreso local,
una vez que se instale la siguiente Legislatura el 5 de septiembre.
En otros partidos perdedores –PRD y PAN,
principalmente– ya hay guerras intestinas
disputándose los harapos partidistas.
En el PRI este tipo de movimientos no se percibe ahora; parece que el dirigente
que entró de último momento al relevo, Pedro
Gutiérrez Gutiérrez, podrá continuar al frente del comité estatal.
Por lo pronto, comenzó reuniones con las
estructuras del tricolor en un recorrido que inició ayer por Paraíso, desde
donde convocó a sus correligionarios a adecuar sus estructuras y sus formas de hacer política para
buscar la recuperación del poder, y su discurso lo sustenta en la creencia de
que Morena es un partido de coyuntura y de un caudillo.
Desde el miércoles 11, Pedro Gutiérrez comenzó a disparar su mensaje, para tratar de
levantar los ánimos de los priistas; les dice que “Morena es un partido de un
solo hombre y, como tal, será sexenal”, y que el PRI, a pesar de los resultados
adversos, no se dobla y seguirá
adelante. “En el 2021 empezará nuestra recuperación y en el 2024, regresaremos
a la senda del triunfo”, afirmó.
En fin, habrá que ver qué son capaces de hacer, qué
tipo de transformación están dispuestos a emprender los priistas, para comenzar
a creerles… un poquito.
AL GRANO
ACUDIÓ AYER Arturo
Núñez Jiménez a la reunión de los miembros de la Conferencia Nacional de
Gobernadores (Conago), con el virtual Presidente de la República electo, Andrés
Manuel López Obrador, y ambos políticos tabasqueños y antiguos aliados, se
saludaron respetuosa y cordialmente…
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