Por
Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Durante cuatro días –del jueves 25 al domingo 28–
los ciudadanos del país tuvieron la oportunidad de opinar acerca de dos
opciones que el Presidente electo Andrés
Manuel López Obrador les consultó respecto al futuro del aeropuerto
internacional de la Ciudad de México: continuar la edificación del nuevo que inició
el actual gobierno federal en Texcoco, o seguir usando la terminal aérea Benito Juárez complementada por las instalaciones
de Toluca y la base aérea militar de Santa Lucía.
La consulta concluyó sin incidentes; quizá con una
participación menor a la esperada y con un intenso debate en cuyo centro se
colocó la determinación del próximo mandatario nacional de someter al
escrutinio popular una toma de decisión que, a juicio de muchos, debió dejarse
en manos de expertos.
¿Fue un ejercicio democrático auténtico, o un acto
de simulación para justificar una decisión tomada con mucha anticipación:
cancelar el proyecto más ambicioso del gobierno de Enrique Peña Nieto para dotar a la capital mexicana de uno de los
aeropuertos más modernos del mundo?
En la papeleta entregada a los ciudadanos que
decidieron acudir a las mil 73 mesas de votación instaladas en 538 municipios,
se les planteaba: ‘Dada la saturación del
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, ¿cuál opción piensa usted que
sea la mejor para el país?’.
La opción uno fue: ‘Reacondicionar el actual aeropuerto de la Ciudad de México y el de
Toluca, y construir dos pistas en la base aérea de Santa Lucía’, y la dos:
‘Continuar con la construcción del nuevo
aeropuerto en Texcoco y dejar de usar la actual terminal aérea’.
Los resultados –se anunció– se darían a conocer la
noche del domingo. Más allá de cuál fue el veredicto
de las urnas, o los resultados que quisieron dar a conocer los
organizadores del equipo del Presidente electo de México, conviene revisar lo
que representa este ejercicio y hacer algunos apuntes.
Una de las críticas más duras a la realización de
este ejercicio provino del analista Jesús
Silva-Herzog Márquez, quien en su entrega intitulada La consulta de Pilatos, dijo: “Es una farsa y no puede considerarse
de otra manera”. Apuntó que se presenta como “un generoso regalo del Presidente
electo, invitando a los ciudadanos a resolver un dilema. El obsequio es, en realidad, una trampa. Se
pide a los votantes que asuman una responsabilidad para que se esconda quien
debe asumirla. Es una consulta de Pilatos:
una estrategia para burlar la responsabilidad de gobierno. El Presidente electo
pretende decir que la decisión no la tomará él. Tras anunciarse el resultado,
levantará las manos al aire como un hombre desarmado y dirá: ‘el pueblo ha
hablado, acataré su voluntad’. No se hable más…”. (Reforma, 22Oct.2018)
Germán
Loyola Corres,
investigador del Programa de Educación y Anticorrupción de la agrupación México Evalúa, señaló que por la
metodología ‘poco clara’ que se utilizó en la votación, los resultados
serán sesgados. Además –indicó– la representatividad es muy baja, por las pocas
mesas de recepción y el número de boletas que se distribuyó en el país. (XEVA Noticias, 28Oct.2018)
Ante las fallas que presentó la consulta, el
consejero del INE, Marco Antonio Baños
Martínez, evidenció que López Obrador repitió los errores que criticó en el
pasado con relación a las elecciones. “No
es lo mismo ver los toros desde la barrera que bajarse a torearlos”,
ironizó al opinar sobre la falta de control para votar. En cuanto a la
legitimidad de este instrumento, sostuvo que para él no es ilegal, pero sí
es necesario que estos ejercicios se regulen “con un método mucho más rígido”
para garantizar su transparencia y efectividad. (XEVA Noticias, 26Oct.2018)
Ahora habrá que esperar el resultado y la decisión
que se tomará respecto al futuro del aeropuerto de la capital del país. Se espera
que así como se hizo con este tema, se recurra a la consulta ciudadana siempre
que deba tomarse alguna decisión grave para el país, el estado o algún
municipio, y será mucho mejor si se hace con apego a normas establecidas y que el
ejercicio sea regulado y organizado por una institución competente.
En fin, esta consulta podrá ser un buen inicio, más
allá de los cuestionamientos vertidos, tan valiosos como los argumentos para
defenderla. Después de todo, se trata de instrumentos para la toma decisiones
que son ‘perfectibles’, como opinó el ex diputado Marcos Rosendo Medina. “Creo que
tenemos que ir perfeccionando las consultas y hacerlas más cotidianas para
preguntarles (a los ciudadanos) temas que nos involucran a todos”, dijo el
integrante del equipo de transición
de gobernador electo Adán Augusto López.
(Telerreportaje, 28Oct.2018)
Esperemos que este ejercicio sea el
inicio de una nueva era democrática del país, y que deje constancia –como asentaba
ayer el alcalde de Centro, Evaristo
Hernández Cruz– de que el Presidente electo
le quitó la facultad de decisión a los
poderosos para dársela a los ciudadanos, y no de que será un solo hombre el
que decida por todos.
AL GRANO
POR LO PRONTO, la
consulta sobre el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México servirá de modelo en
el municipio de Centro, para que sean los ciudadanos los decidan si el proyecto
de ciclovías en Villahermosa se hace
realidad o se cancela… Eso lo valora el alcalde Evaristo Hernández…
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