Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Especial para diario Rumbo Nuevo
Ni falta hizo la diputación priista –que desde el martes
se ausentó de las sesiones del Congreso local para la glosa del Primer Informe de labores del Ejecutivo
estatal– pues el diputado panista Francisco
Castillo Ramírez fue suficientemente incisivo para meter en aprietos al
secretario de Salud, Ezequiel Toledo
Ocampo y exhibir la lambisconería de los legisladores perredistas.
Y eso que con la ausencia de los diputados del PRI y la
del Panal –que actúa al alimón con ellos– se perdió la oportunidad de
formularle 12 interrogantes al séptimo funcionario estatal que acude ante la 61
Legislatura en la más grande pasarela
(son nueve secretarios en total) de que
se tenga memoria para la glosa de un informe gubernamental.
Ante la ausencia de la priista Liliana Madrigal Méndez, el perredista Rafael Acosta León la suplió en la presidencia de la mesa directiva
del Congreso, con un denigrante papel en el que hizo a un lado el reloj para
medir tiempos de preguntas, respuestas y réplicas, y el reglamento que rige al
Poder Legislativo, para meter en cintura a un público compuesto en su mayoría
por personal de la Secretaría de Salud que abucheó en repetidas ocasiones al
único detractor del nuevo oficialismo
y aplaudió a rabiar al doctor Toledo Ocampo hasta cuando habló de muertes
maternas.
Y no hicieron falta los priistas porque Castillo Ramírez
llevaba bajo el brazo un ramillete de cuestionamientos al manejo de las
políticas públicas en materia de salud, desde las muertes de mujeres en
hospitales del sector por negligencia o falta de insumos, el excesivo número de
personal ‘comisionado’ con goce de sueldo a tareas distintas del servicio
médicos, la falta de transparencia en el desempeño de la Secretaría, el retraso
en declarar la emergencia sanitaria por la epidemia de dengue, hasta de la
desaparición de medicamentos controladores y uniformes, y la posibilidad de que
se puedan hacer cambios de funcionarios en dicha dependencia, o de que él mismo
presente su renuncia.
Parsimonioso en su hablar, Ezequiel Toledo no pareció
inmutarse por las críticas de quien le manifestó desde la tribuna más alta del
estado: “me duele mucho estar en este momento exigiéndole y no felicitándolo”,
y al final dio sus ‘bendiciones’ al titular de Salud, al pueblo de Tabasco y a
los funcionarios de la dependencia, “que la van a necesitar”.
Y es que el secretario de Salud además de esa paciencia
que se le ve a leguas, iba cargado con la coraza que ha servido a muchos
funcionarios del actual régimen para justificar deficiencias o la ausencia de
resultados.
Le recordó a Francisco Castillo y a los diputados de las
bancadas del PRD, PT, MC y PVEM que recibió un sistema de salud “notablemente
deteriorado y con grandes carencias”, que ha obligado a trabajar en condiciones
extraordinarias e incluso con el ‘sacrificio’ de los trabajadores del sector.
Y justo es reconocerle que a diferencia de los seis
secretarios que le antecedieron, el titular de Salud admitió fallas y hasta dio
la razón en parte a las críticas que le hizo Castillo Ramírez.
El legislador panista combinó su crítica corrosiva con la
ironía desde que comenzó la sesión de preguntas y respuestas.
“Le agradezco su presencia aquí”, le soltó apenas tomó el
micrófono, desde su curul. Y sus primeras palabras causaron asombro general que
se disipó cuando añadió: “…porque en la Secretaría no me atiende”.
Le inquirió primero sobre los altos índices de mujeres
que fallecen en centros hospitalarios del sector por no recibir atención
oportuna o por negligencia.
Toledo Ocampo le respondió que “en este momento estamos
en condiciones de enfrentar y controlar y las muertes maternas”, y dio números:
en 2012 fallecieron 17, 11 por causas directas y seis por indirectas, y en 2013
se bajó a 13, 10 por causas directas y tres por indirectas.
Castillo Ramírez le cuestionó que hay en la Secretaría
más de 892 empleados comisionados con goce de sueldo, “cuando se alega falta de
personal en hospitales y demora en la atención a la población”.
Y ahora fue el secretario de Salud el que sorprendió a
todos. Le puntualizó que “no sólo son personas comisionadas. Son especialistas
de alto nivel que están comisionados con goce de sueldo, por las relaciones que
las antiguas autoridades del sector tenían con el sindicato”.
Y volvió a sorprender el funcionario cuando puso a
disposición del diputado opositor la lista de completa de representantes
sindicales, “entre comillas”, remarcó, porque reiteró que se trata de
especialistas que gozan de privilegios, que no trabajan pero sí cobran
puntualmente.
De las denuncias a que se refirió Francisco Castillo,
como la relacionada con la desaparición de medicamentos de uso restringido
–como las 21 cajas de fentanilo, clasificado como estupefaciente y que fue
revelada por la mañana por su dirigente estatal Jorge Ávalos Ramón–, Ezequiel Toledo le dijo que el seguimiento a
la querella judicial de ese caso, y de otros que no han trascendido a la
opinión pública, lo llevan la Secretaría de Contraloría y las autoridades
competentes.
Casi tres horas duró la comparecencia –en la que se
formularon apenas 11 preguntas, la mayoría para felicitar al funcionario por su
desempeño– y, al final, Francisco Castillo se dijo insatisfecho. “Hemos
comprobado que a pesar de los números y de lo que se diga, allá en los
hospitales la gente se sigue muriendo por negligencia y falta de insumos… ¿Ha
pensado hacer cambios o renunciar”.
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