Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Especial para diario Rumbo Nuevo
Éste no fue el año de obras monumentales, que benefician
a toda una ciudad o región y quedan para la posteridad. Ni de obras faraónicas para el lucimiento de su
impulsor. Y es que cuando armaron el presupuesto 2013 se olvidaron etiquetar
recursos para la obra pública.
De los 38 mil 35 millones de pesos que dispuso de
presupuesto el gobierno estatal para 2013, apenas mil 544 millones se
destinaron a este rubro.
Y con esa ínfima cantidad –que equivale a poquito más del
cuatro por ciento de todo el presupuesto estatal–, el titular de SOTOP, Manuel Ordóñez Galán, hizo maravillas:
generó 751 acciones de obra pública y proyectos de desarrollo urbano, que le
permitieron dos grandes logros: contratar a 456 empresas constructoras y que
éstas a su vez dieran empleo a 74 mil 108 tabasqueños.
A pesar de que fueron pequeñas acciones, todas tienen una
ubicación y están enumeradas en el Primer
Informe de labores de Arturo Núñez
Jiménez, como esos 307 proyectos que ejecutó el Instituto Tabasqueño de
Infraestructura Física Educativa con menos de un tercio de esos recursos –403
millones de pesos–, que permitieron construir 584 aulas, 16 talleres, 18
laboratorios y 390 anexos.
Esta inversión estatal –le hablo de los mil 544 millones
de pesos–, se complementó con la gran inversión que de manera directa ejecutó
la Federación este año en Tabasco, por ocho mil 410 millones de pesos, la cual
impactó en rubros como agua potable, salud, educación, pavimentación, e
infraestructura hidroagrícola, de carreteras y de alumbrado, así como el Plan Hídrico Integral de Tabasco y el
libramiento de Villahermosa que se concluirá, ahora sí, en 2014.
En total, los gobiernos de Enrique Peña Nieto y de Arturo Núñez destinaron a obras públicas en
Tabasco, este año que termina, nueve mil 954 millones de pesos, que reactivaron
la industria de la construcción y toda la actividad económica que gira en torno
a ella, y generaron miles de fuentes de empleo y siguen generándolos, como
ocurre con los trabajos del libramiento La
Pigua para aliviar los mega-congestionamientos viales diarios en Ciudad
Industrial.
En su comparecencia el viernes 6 ante el Congreso local,
para la glosa del Primer Informe, el
titular de SOTOP destacó que estos casi 10 mil millones de pesos representan
288 por ciento más que lo ejercido de inversión federal y estatal en el primer
año del granierato, esto es, tres mil
457 millones de pesos.
“Esto representa un voto
de confianza para la presente administración por parte de la Federación”,
afirmó Ordóñez Galán.
Y muchas de las obras a cargo de la SOTOP no se habrían
hecho, de no haber sido por los recursos que ahorró el gobierno estatal con el Plan de Austeridad ordenado por el
mandatario tabasqueño al inicio de año, que permitió disponer –según lo
enterado el día 4 por el titular de Finanzas, Víctor Lamoyi– de 150 millones de pesos para obra pública, 100
millones para vivienda, 70 millones para el ‘paripassu’ de obras de agua potable y alcantarillado, y 50 millones
más para la planta de emulsión asfáltica.
Por el bien de la economía, de los empleos y de las
familias esperamos que 2014 sí sea el año
de la obra pública en Tabasco. Se puede. Ya se eliminaron algunos gastos
superfluos; hay todavía mucha tela de
dónde cortar y reorientar esos recursos que aún si la dilapidan en gastos
innecesarios. Y es que la obra pública tiene un efecto multiplicador,
inmediato.
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