Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
De manera artera fue arrebatada la vida,
ayer por la mañana, al empresario y periodista radiofónico y de televisión, Juan Carlos Huerta Gutiérrez. No se
conocen aún el móvil, ni a los autores de su homicidio, pero esta pérdida
irreparable enluta, además de sus seres queridos, al gremio de la comunicación
y a los tabasqueños pues, con sus méritos y bemoles,
se trata de una figura pública a la que diariamente escuchaban, en su noticiero
vespertino Panorama Sin Reservas y en
la emisión nocturna de Notinueve,
miles de personas.
No habré de enjuiciar aquí –por respeto
a su ausencia y a sus deudos– ni su desempeño como comunicador ni su modo de
vida que ayer todavía algunos cuestionaban, pero sí hay que hay remarcar dos
cosas en lo sucedido ayer en la ranchería Emiliano Zapata, municipio de Centro
–donde se ubica el fraccionamiento en que tenía su residencia–: una, que su
asesinato consternó al medio periodístico del estado y tuvo resonancia más allá
de las fronteras de México, y dos, generó una movilización de las autoridades
que buscan a los autores de este cobarde crimen.
¿Cuál fue el móvil? ¿Por qué atentar
contra la vida de un comunicador, hombre de empresa, padre de familia y ser
humano?
Creo que Juan Carlos Huerta mantenía,
además de trato personal en su calidad de conductor de un programa noticioso,
relaciones de amistad con muchos actores políticos; a no ser que alguien me lo
precise, los seis candidatos a la gubernatura fueron sus amigos y se decía que
dos de ellos, eran sus socios.
‘Hasta dónde hemos llegado con este clima de descomposición’, exclamaron
algunos apenas corrió como reguero de
pólvora la noticia del homicidio. ‘¿Quién
sigue?’, preguntaban otros comunicadores en los grupos de redes sociales.
Voces que no hicieron otra cosa, más que enrarecer
el ambiente.
Lo que percibimos es que a Juan Carlos
Huerta lo mataron con alevosía y ventaja; que sus victimarios iban por él, que
sabían dónde vivía, cuáles eran sus pasos y rutinas. Las autoridades
descartaron el robo.
Hasta en tanto no conozcamos el móvil,
fuera de toda especulación, no podrán hacerse conclusiones tan precipitadas o
viscerales de este condenable y lamentable hecho. Lo digo como comunicador con
36 años en el oficio. No se vale salir a decir: ¿Quién sigue?, cuando lo que debe preocuparnos es la seguridad del
gremio y de toda la sociedad, pues este hecho y cualquier otro atentado a los
ciudadanos, exhibe
cuán frágiles somos ante seres sin
entrañas.
Dejemos que las autoridades hagan su
trabajo. Exijámosles que actúen con profesionalismo y celeridad en las
indagatorias para atrapar a los responsables.
Confiemos en que este crimen no quedará
impune, pues además del
personal que comisionó la Fiscalía General del Estado (FGE), el titular de la
Fiscalía para la Atención de los Delitos Cometidos contra la Libertad de
Expresión, adscrita a la PGR, Ricardo
Sánchez Pérez del Pozo, asignó a un director y dos fiscales del ministerio
público para que trabajen en el caso.
El titular de la FGE, Fernando Valenzuela Pernas manifestó ayer que el gobierno estatal “está
comprometido en el esclarecimiento de los hechos, garantizando que se llegará a
las últimas consecuencias para la identificación de los responsables del artero
crimen para que rindan cuentas ante la justicia”.
Esperemos que, ahora sí, la FGE logre
resultados prontos y efectivos.
Mucho podemos ayudar si no colaboramos a seguir inundando el
ambiente de especulaciones. Descanse en paz Juan Carlos Huerta. Un abrazo a sus
deudos.
REACCIÓN
INMEDIATA
A los pocos minutos de ocurrido el
homicidio del comunicador tabasqueño –condenado por todos los candidatos a la
gubernatura y dos abanderados presidenciales–, el gobernador Arturo Núñez
Jiménez dio sus
primeras impresiones y reveló que la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) le
reportó que no hubo robo y que se trató de una lamentable ejecución. El
mandatario, quien lamentó el hecho, reconoció que Juan Carlos Huerta, a quien
consideró su amigo, era un líder
comunicador.
Entrevistado al término de la sesión de clausura
del primer periodo ordinario de sesiones del Congreso local, el secretario de Gobierno,
Gustavo Rosario Torres rechazó que
por hechos de violencia como el sucedido este martes, esté rota la
gobernabilidad en la entidad. “De ninguna manera”, sostuvo el responsable de la
política interna. Afirmó que las autoridades harán su trabajo para esclarecer
este homicidio que “le duele a Tabasco”.
AL GRANO
NO ERA
PARA MENOS… Se pospuso el debate de candidatos a la alcaldía de Centro, para el
lunes 28 de mayo… ¿Irán todos?
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