Por Fernando Hernández Gómez
Han
sucedido cosas lamentables, terribles en Tabasco con la creciente incidencia
delictiva. Antes decíamos que ‘le robaron a un conocido’; ahora nos lamentamos
e indignamos porque maleantes se metieron a la casa y le robaron a unos de los nuestros.
La
inseguridad alarmante ha obligado al gobierno estatal a tres cosas: 1)
solicitar al gobierno federal que enviara un destacamento de la Gendarmería; 2)
emprender el Programa Integral de Seguridad
Pública, que se actualiza constantemente, y 3) recurrir a financiamiento
bancario por 700 millones de pesos para reforzar infraestructura y equipamiento
de corporaciones policías.
De
parte de las autoridades estatales había la confianza que la presencia de la
Gendarmería federal contribuiría a abatir los índices delictivos en la capital
tabasqueña. El 21 de diciembre de 2016 arribaron a Villahermosa tanquetas, camionetas y autobuses, así
como 300 oficiales y agentes del destacamento enviado por la corporación federal.
Como complemento a la presencia de las
fuerzas federales, el gobernador Arturo Núñez Jiménez puso en marcha el 22 de diciembre de ese año el Programa Integral de Seguridad Pública.
Cifras oficiales reflejan cómo se ha ido reduciendo la incidencia
delictiva, sobre todo en ilícitos que afectan la integridad y patrimonio de la población. El mandatario
estatal ha remarcado que la recuperación de la seguridad y tranquilidad de los
tabasqueños, “no tiene ningún precio”. No obstante, la ciudadanía mantuvo la
percepción que no hay resultados; se siente insegura.
La Gendarmería se fue yendo poco a poco, sin avisar. Hoy ya no está en
Tabasco. El destacamento federal ni siquiera enteró de lo que hizo. Ahora corre la
versión que esta corporación podría retornar a la entidad.
Creo
que esta posibilidad comenzó a cobrar fuerza a partir de que la delegada de la
Secretaría de Gobernación (Segob), Liliana Díaz Figueroa declaró el jueves 17 que existe la posibilidad que
regrese la Gendarmería, y refirió que
ello se evalúa en el seno del Grupo de
Coordinación en Materia de Seguridad, aunque acotó que para que esto se dé el
gobernador Núñez Jiménez tendría que hacer la solicitud ante la Comisión Nacional
de Seguridad Pública.
Ahora
el debate gira en torno a si este destacamento de policías federales debe
regresar o no a operar, no solo en la capital tabasqueña sino en todo el
estado.
Actores
políticos, empresariales y sociales coinciden en que la Gendarmería quedó a deber a
los tabasqueños. Por ejemplo, el dirigente
estatal panista Francisco Castillo
Ramírez, criticó que la Gendarmería
se fue sin cumplir con el objetivo de disminuir los elevados índices delictivos.
El
fin de semana, el presidente de la Canaco-Villahermosa,
Miguel Ángel de la Fuente, opinó que
es necesario que la Gendarmería regrese a Tabasco, pero en esta ocasión no
solamente a Villahermosa sino también a otros municipios.
La
asociación civil Comité de Derechos
Humanos de Tabasco (Codehutab) en voz de su asesor
jurídico Efraín Rodríguez León, señaló
que si la Gendarmería va a regresar, que ahora
sí venga a dar resultados, porque “la inseguridad en Tabasco está en una
situación crítica”.
Rodríguez León expuso que los números reflejados en los
principales delitos de alto impacto no fueron los idóneos durante el tiempo que
estuvo esta división de la Policía Federal en la capital del estado. “En el
2016, de 233 ejecuciones, 66 fueron en el municipio de Centro; de 180
ejecuciones en 2017, 69 fueron en Centro; de 117 secuestros, 25 fueron en Centro
en el 2017, que es donde se suponía que estaba la Gendarmería”, externó.
De
igual forman, para el Observatorio Ciudadano de Tabasco, la Gendarmería no hizo ninguna
diferencia en el combate a la inseguridad, pues los delitos no se redujeron, según
su directora de análisis y estadísticas, Julia
Arrivillaga, quien destacó que en 2017 la tasa de secuestro colocó al
estado en el primer lugar del ranking
nacional.
“La verdad no se vio ninguna diferencia: llegó a finales de 2016
y si vemos los datos de 2017, Tabasco alcanzó tasas históricas que no se habían
visto en 21 años, por ejemplo el homicidio culposo, robo a negocio y robo de
vehículo, en esos tres delitos se tuvieron las tasas más altas; hubo un
trimestre de 2017 que inclusive llegamos a estar en primer lugar en secuestro”,
expuso.
Se trata de números, fríos, que
cuestionan los resultados de la presencia de la Gendarmería en el municipio de
Centro. Si esta corporación regresará a la entidad, deberá precisar bien a qué
viene y rendir cuentas permanentes de
su trabajo. También tendrá que precisar cuál será su campo de acción, porque a
veces la ciudadanía espera de más,
porque hasta donde sabemos su actuación se restringe a prevenir y combatir
delitos del fuero federal.
AL
GRANO
SEGÚN EL IEPTC hay ocho candidatos a
diversos cargos que, ante la inseguridad prevaleciente, han solicitado se les
brinde seguridad personal, entre ellos Rafael Acosta León, quien aspira a repetir como alcalde de Cárdenas… Pide que lo cuiden de
los delincuentes que no pudo combatir…
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