Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Especial para diario Rumbo Nuevo
Muchos lo vieron; pocos lo percibieron.
Se lo cuento: ese
miércoles 30 de octubre, mientras el secretario de Educación estatal, Rodolfo Lara Lagunas quería que se lo tragara la tierra para no saludar de
mano al Presidente Enrique Peña Nieto,
y menos que lo fotografiaran junto a él o lo cacharan aplaudiéndole su discurso sobre la Reforma Educativa, en el mismo escenario de la escuela primaria ‘Dionisio Zurita Belchez’, el alcalde
capitalino Humberto de los Santos
Bertruy buscaba un momento, trataba de aprovechar su cercanía al Primer
Mandatario para entregarle en sus manos un documento con su propuesta para
salvar a Villahermosa de anegamientos recurrentes a causa de las intensas
precipitaciones pluviales.
Si el lópezobradorista
responsable de la política educativa del régimen del ‘cambio verdadero’ logró su propósito de apartarse lo más que pudo
cuando el Presidente de México ingresó al plantel ubicado en el poblado Huapinol,
en villa Parrilla, o cuando ingresó a uno de los salones de sexto grado, o
cuando hizo su aparición en la plaza cívica ante la comunidad de alumnos,
maestros y padres de familia, también el edil de Centro consiguió que Peña
Nieto le dedicase unos segundos, suficientes para decirle que el legajo que
ponía en sus manos era el proyecto ejecutivo que contempla inversiones
por tres mil 535 millones de pesos para modernizar el sistema de drenaje de
Villahermosa, así como rehabilitar cárcamos, potabilizadoras de agua y
construir plantas de tratamiento de aguas residuales.
“Le pedí que
su apoyo se vea reflejado en su programa nacional contra eventualidades, porque
mientras no tengamos esas obras seguiremos con problemas de agua y drenaje”, expuso
De los Santos Bertruy al comentar su breve charla con el jefe del Ejecutivo
federal.
Casi una
semana después de la tercera visita presidencial a Tabasco, el alcalde
villahermosino ponderó la importancia de su gestión ante el político
mexiquense. Le expresó que cuando llueve mucho, hay lugares que padecen
encharcamientos o inundaciones porque están en zonas inundables, pero existen
otros sitios más altos donde a pesar de no ser intensas las lluvias también sufren
encharcamientos.
“El problema –le
indicó– es la red de drenaje, que ya es insuficiente, muy pequeña y se requiere
una nueva y de mayor diámetro”. Y le resaltó: en Villahermosa hay 14 zonas
identificadas como críticas que, a la menor precipitación pluvial, se convierten
en lagunas.
Y advierte el
edil de la capital tabasqueña que mientras no se logre el objetivo de construir
de nuevo todo el sistema de drenaje de Villahermosa, “será muy difícil que
lleguemos a ser una ciudad en que la gente no sufra de encharcamientos o
inundaciones”, pese a la permanente limpieza y desazolve de las tuberías
sanitarias, pozos de visitas y alcantarillas, o a obras para corregir los taponamientos, como las que ahora se
realizan en el Velódromo de Ciudad Deportiva
y en avenida Gregorio Méndez, debajo
del paso a desnivel de Paseo Usumacinta.
Ahora habrá
que esperar la respuesta del Presidente de México, en tanto el secretario de
Educación de la entidad está feliz de que su mano, ciento por ciento ‘morena pura’, no fuera mancillada por la del priista al que más
combate su verdadero ‘jefe’.
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