Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Hay un elemento que debe revisarse en el
siniestro del pozo petrolero ‘Terra 123’
en Oxiacaque, Nacajuca: es la participación de compañías privadas en las
actividades de exploración y producción de hidrocarburos.
Allí, en ese pozo como en muchos otros
ubicados sobre el suelo de la entidad, trabaja la trasnacional ‘Halliburton’ –entre otras empresas de
capital extranjero– bajo una modalidad denominada ‘contrato alianza’ con Pemex,
en la que dicha compañía aporta la tecnología
de punta y el personal técnico especializado, y la paraestatal los equipos
de perforación… ¡ah, y el petróleo!
A raíz de este accidente, la ‘Halliburton’ está en el ojo del huracán, pues –según los
primeros reportes llegados al alto mando de Pemex– está implicada en la mala
operación de dicho pozo y ya se hacen las indagatorias para deslindar
responsabilidades, porque alguien no hizo bien su labor y debe responder por
los daños.
Diariamente se está perdiendo una
producción de crudo y gas con valor de 600 mil dólares a causa de este grave
percance que tiene al pozo fuera de control, y los daños a instalaciones y
equipos tanto en superficie como a cinco mil metros de profundidad en las
inmediaciones del rico yacimiento petrolífero del campo ‘Sen’, podrían ascender
a 50 millones de dólares
Sin duda que esto meterá ruido al debate político que se da por la participación de
empresas privadas en las actividades de exploración y explotación de
hidrocarburos en el país, que se generalizaría de aprobarse la Reforma Energética impulsada por el
gobierno federal.
Hoy, compañías trasnacionales ya
trabajan, ‘por su cuenta y riesgo’, en tres campos
maduros de Tabasco, que Pemex dejó explotar porque no le eran redituables y
las empresas a las que se asignaron los contratos, van por ese ‘shish’ de petróleo y a compartir las
ganancias –o las pérdidas– con la paraestatal.
Me pregunto: ¿Se darían cuenta de este ‘pequeño detalle’ –que la empresa Halliburton puede ser la responsable
directa de este accidente catastrófico–
los diputados locales que ayer estuvieron de paseo por el lugar, o sólo fueron a taparle el ojo al macho para que no se diga que no atienden a sus
representados?
Tan fuerte como las llamas que se
avistaban a varios kilómetros a la redonda, es la irritación de los habitantes
de los pueblos chontales de la zona de Oxiacaque. No es la primera vez que
sucede un percance en el campo ‘Sen’.
Y no sólo es el temor por la seguridad
de sus familias y de su patrimonio, es la molestia, el coraje, la impotencia
porque Pemex ‘hace y deshace’ en la
zona ‘a sus anchas’.
El director de Pemex-Exploración y
Producción (PEP), Carlos Morales Gil
–quien salió a dar justificaciones de este error humano– e incluso el mismo
director general de la paraestatal Emilio
Lozoya Austin, tienen que dar muchas respuestas a los tabasqueños sobre el
estado que guardan las instalaciones petroleras; los programas de
mantenimiento, rehabilitación de las mismas, la sustitución de líneas de
ductos, y cuál es el papel que realizan compañías privadas en los campos
petroleros. Tenemos el derecho a saberlo. Sin mentiras.
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