Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Especial para diario Rumbo Nuevo
Aunque de
los que aspiraban ya tres declinaron, el proceso interno priista del que
surgirá el próximo dirigente estatal de ese instituto político sigue
complicado, no tanto porque todavía quedan muchos que quieren que su nombre
aparezca en las boletas el 17 de noviembre –cuando cinco mil 750 consejeros
políticos definirán la nueva conformación de la dirigencia partidista– sino por
los intereses que se mueven con los aspirantes, unos para que la elección
fracase y otros para quedarse con el control del tricolor.
Por diversos
motivos pero coincidiendo en que ‘no hay condiciones’ para un proceso
democrático, hasta ahora han renunciado a inscribirse en la contienda Guillermo Narváez Osorio, Nicolás Haddad López y Miguel Ángel Valdivia de Dios. Ellos se
salieron de la jugada y no se sumaron a ninguno de los que siguen.
Los que
dicen que saben aseguran que la elección será ganada por Erubiel Alonso Qué, hoy ex coordinador de la fracción priista en el
Congreso local, a quien se le atribuye el respaldo de tabasqueños que ocupan
altas encomiendas en el gobierno federal.
Sin embargo,
el ex alcalde de Centro, Evaristo Hernández
Cruz, no cede un milímetro. Y si el legislador balancanense pareciera ir en
‘caballo de hacienda’, el dos veces diputado por la capital ya exhibió algunos
de sus respaldos: dos ex gobernadores y dos ex dirigente estatales.
Tampoco
pueden restárseles merecimientos a Félix
Eladio Sarracino Acuña y a Pedro
Gutiérrez Gutiérrez, ambos ex dirigentes estatales del sector popular.
Lo que llama
poderosamente la atención es la aparición, al cuarto para las doce, del ex alcalde de Jalpa de Méndez, Andrés Madrigal Hernández.
¿Será que
Andrés Madrigal representa a los intereses mezquinos?
Y es que fue
subsecretario cuando Humberto Mayans
Canabal era secretario de Gobierno en el régimen de Andrés Granier Melo, y el ahora senador del PRI-PVEM se hizo famoso
por denunciar que ‘intereses mezquinos decisorios’ obstruían en aquel entonces su
aspiración por la gubernatura, aunque muchos señalaban que era él –Mayans–
quien encabezaba precisamente los ‘intereses mezquinos’ del granierato.
Y en los
meses previos a la elección de 2012, a Madrigal Hernández se le vio muy cerca
de Jaime Mier y Terán, quien ahora
es un connotado ex priista que despacha en la dirección general del Colegio de
Bachilleres de Tabasco, la misma posición que ocupó Madrigal Hernández en el
régimen de Manuel Andrade Díaz,
cuando prácticamente le cedió todo el poder en esa institución al entonces
dirigente del Sicobatab, José Ramón Díaz
Uribe, ahora prófugo de la justicia.
Y si los
otros aspirantes andan en pos de las firmas de los dirigentes de los sectores
para conseguir su registro y tratando de convencer a los consejeros políticos
para que les den sus votos, Andrés Madrigal entra al proceso del tricolor con
el respaldo total de la ‘Red Ciudadana’ de Joel
Cárdenas Arronis, de quien ya no se sabe si se quedó en el PRI o se pasó al
PRD, o es la Abeja Tutti Frutti.
De lo que se
aprecia en este proceso priista, Miguel Ángel Valdivia hizo señalamientos que
resultan muy puntuales.
Por lo que
hace al partido, señaló: “Hay condiciones complejas en este proceso interno del
PRI. Tiene muchas inconsistencias”.
Y por lo que
respecta a los aspirantes, manifestó: “Veo demasiadas mezquindades en este
proceso interno; hay un intereses personales de ser siempre ‘yo’ y no pensar en
el partido”.
Por lo que
se ve la ‘candidatura de unidad’ que tanto impulsó, José Antonio Aysa Bernat, otro de los aspirantes, es ya imposible
de conseguirla.
La elección
va y la dirigencia nacional priista –que está a cargo del PRI Tabasco– será la
responsable de la conducción del proceso, de su legalidad y, sobre todo, de
evitar que el partido se resquebraje más de lo que ya está… por esos ‘intereses
mezquinos’.
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