Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Especial para diario Rumbo Nuevo
Pemex, ¿la tabla de salvación?
En las diez
grandes prioridades del ‘gobierno del cambio verdadero’ que enumeró en su
asunción, Arturo Núñez Jiménez
estableció en el noveno punto el compromiso de diseñar y ejecutar una política
de desarrollo económico integral que impulse los sectores productivos, como
parte de una estrategia de gran aliento para retomar la senda del progreso
sostenido y sustentable.
Para tal fin –dijo ese 31 de diciembre
de 2012– se establecerán tres líneas de acción: 1) la recuperación del campo;
2) el replanteamiento a fondo de la relación con la industria petrolera para
convertirla en palanca del desarrollo estatal; y 3) la diversificación y
modernización de la estructura productiva local.
Ya desde entonces presumía sus
magníficas relaciones con el nuevo director general de Pemex, Emilio Lozoya Austin, con quien había
dialogado en su calidad de gobernador electo y acordado que la Unidad de
Desarrollo de Proveedores Contratistas y Contenido Nacional considerara a
Tabasco como el ‘estado piloto’ con el que se inicie esta estrategia a nivel
regional.
Y
enfatizó Núñez: “Tienen aquí los empresarios tabasqueños y de la región una
ventana de oportunidades para sus inversiones, a la vez que contribuyen al
desarrollo estatal y a consolidar el sentido nacionalista de la industria
petrolera mexicana”.
Este martes, en la capital del país se
dio el primer paso, en firme, en ese propósito. Lozoya Austin y Núñez Jiménez
firmaron el Convenio de Desarrollo de Proveedores y Contratistas de Petróleos
Mexicanos para la entidad.
Este ‘programa piloto’ busca ser un
parteaguas en el país, para que empresas de la región y del estado busquen ser
proveedoras de Pemex, y aquellas que lo logren, generen empleos y paguen
impuestos.
El gobernador adelantó que su gobierno
ya inició el registro de empresas que competirán para convertirse en
proveedoras de la paraestatal.
Y reiteró lo que había dicho aquel fin
de año, al rendir protesta constitucional: “Se necesita una nueva relación de
Tabasco con Pemex, para que los tabasqueños dejemos de ver a la empresa sólo
como ‘indemnizadora’ o como ‘donadora’, que nos apoya con emulsión asfáltica y
combustible; para que trascendamos y seamos proveedores de la empresa, para
verla como cliente y como socios”.
Otro proyecto ambicioso que ya está en
pláticas con el director Pemex tiene que ver con la cogeneración de
electricidad entre Tabasco y la paraestatal, y se ha puesto la mira en el
puerto de Frontera, para echarlo a andar.
“Lo que queremos es impulsar proyectos
que tengan un impacto directo en la economía… Coincido con el gobernador, en
que tenemos que poner más empeño para trabajar de una manera más coordinada”,
apuntó Emilio Lozoya.
Hay que resaltar que es la primera vez
que Pemex y Tabasco llegan a un acuerdo de esta naturaleza, que abre la
posibilidad a empresas con capital local para que le suministren a la
paraestatal los bienes y servicios que requiere para sus actividades de
exploración, producción y administración tanto en tierra como en altamar.
Siempre la mira de los gobiernos
anteriores estuvo puesta en que se incrementaran las aportaciones en recursos y
donaciones en especie para la realización de obras de infraestructura y
proyectos productivos con impacto en las zonas donde Pemex realiza su
actividad. Y siempre Pemex otorgaba menos apoyos.
El gobernador Núñez rompe ese ‘círculo
vicioso’ y da ese paso que Tabasco no pudo lograr a principios de la década de
los noventa, cuando las subsidiarias Pemex-Exploración y Producción, y
Pemex-Gas establecieron sus sedes en Villahermosa.
Lo que estábamos presenciando era el
desmantelamiento de esos dos grandes corporativos de la paraestatal, que poco a
poco han reducido su presencia en la entidad y concentrando funciones y
recursos en sus oficinas de la Ciudad de México.
Ahora Pemex afirma que nos verá como
‘cliente’, que nos tomará en cuenta a la hora de hacer sus compras. Dejará de
ser ese ‘monstruo’ que –como se señala en el Plan Estatal de Desarrollo (PLED)
2013-2018– sólo ha distorsionado e impactado negativamente el desempeño de las
cadenas productivas del sector primario.
Esperemos que esto no acabe como las ‘relaciones
de negocios’ que la paraestatal mantiene con universidades públicas, donde lo
que se vislumbró como un aliciente para fortalecer la investigación y el
desarrollo tecnológico de la educación superior, acabó como un nuevo nicho de
corrupción que arropa lo mismo a directivos de las instituciones de enseñanza que
a funcionarios de un Pemex que, tal parece, corrompe todo lo que toca.
Así se plantea en el PLED: “En Tabasco
prevalecen prácticas y vicios que se han generado y arraigado en la relación
con Pemex y las empresas que lo rodean”.
Es hora de romper esos vicios y
aprovechar los nuevos esquemas que se presentan como oportunidad para que la
presencia las empresas locales en la proveeduría a Pemex en la región salga de
ese nada que representa el dos por ciento del valor de las compras que realiza,
contra los mil 200 millones de dólares que obtiene tan sólo por venta de
petróleo crudo.
DE MI BLOG:
No hay comentarios:
Publicar un comentario