Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Especial para diario Rumbo Nuevo
Este mundo
está de cabeza. Las cosas raras se vuelven noticia. Allá, en la capital del
país, manifestantes le pegan a los policías. Aquí en Tabasco, policías le pegan
a los policías.
Quien se encarga de recalcarlo es el
periodista Rafael Cardona Salazar,
reportero de la vieja guardia, columnista del diario capitalino ‘La Crónica’, donde apenas el 29 de
agosto escribió algo sobre eso (‘Y los pájaros fusilaron a las escopetas…’).
Pero ayer, el comentarista de los
programas ‘El Mañanero’, con Brozo y
‘José Cárdenas informa’ no vino a
hablarnos de cómo estas cosas extrañas se vuelven noticia, ni cómo un grupo de
maestros oaxaqueños tienen secuestrada desde hace varias semanas la capital del
país, su ciudad…
Su presencia en Tabasco fue a
invitación de la Asociación Tabasqueña de Periodistas (ATP) que celebró sus 57
años de vida.
Y aunque estaba anunciado que daría
algo así como conferencia magistral, lo suyo no fue eso, sino algo mejor: una
charla amena, deliciosa…
Del tema de la conferencia –‘Los retos
del periodista: credibilidad y transparencia’– tampoco nadie se acordó, porque
Rafael Cardona vino a hablar de su oficio, de su pasión, de su vida: el
periodismo, único ente con el que, dijo, “volvería a casarme si naciera de
nuevo”.
Y con sus palabras por la dignificación
del oficio y la unión del gremio, aderezadas con mil y una anécdotas, atrapó a
los más de 200 invitados de Gloria
Karina López, presidente de la ATP, que el mediodía del jueves llenaron el
auditorio del antiguo Instituto Juárez.
“Este medio merece su propia reedición
y que busquemos la forma de no depender de nadie, para que podamos disfrutar
sin temor a líneas, en donde uno acepta las reglas del juego o deja de jugar”, dijo
el también comentarista del programa dominical ‘El centro del debate’, de
ForoTv, a los periodistas de Tabasco y a una veintena de estudiantes de la
carrera de comunicación en la UJAT.
Citó el ejemplo de un medio del DF en
cuya sociedad mercantil era copartícipe la maestra Elba Esther Gordillo, para el que un día, no hace mucho, escribió
un artículo criticando a la ex lideresa magisterial, días antes de su derrumbe
y encarcelamiento.
Nos contó que le llamaron de la
redacción del diario y le preguntaron: “¿Pernicioso es bueno o es malo?”. “Es
malo”, contestó. Y acto seguido le sugirieron: “Entonces escribe de otra cosa,
porque aquí a la ‘Maestra’ la queremos mucho”.
Y prosiguió: “Pero un día cayó la ‘Maestra’
que generaba la envidia de 90 por ciento de las mujeres del país que no se
podían comprar las bolsas de las marcas que ella usaba. Y pregunté si podía
hablar de eso para no escribir dos veces. Y me dijeron: ‘Aquí respaldamos la
política del señor Presidente de la Republica’ ”.
“Eso no debe pasarnos”, indicaba, quien
en su vida de reportero recorrió redacciones de diarios como ‘Excélsior’,
‘Unomásuno’, la agencia CISA-Proceso y la revista ‘Siempre!’ de su entrañable José Pagés. E insistía Cardona: “Seamos
los redentores de nuestro propio oficio”.
Y de su memoria sacó otra anécdota, de
su reciente viaje a Rusia para hacer una crónica de la gira del Presidente Enrique Peña Nieto a ese país, donde se
reunió con los demás dignatarios del ‘Grupo de los 20’.
Él quería –nos comentó– conocer al
presidente ruso Vladimir Putin, y lo
tuvo cerca… Y recordó cómo él, Putin, uno de los hombres más poderosos del
mundo, necesitó de un periódico –‘The New York Times’, de Estados Unidos– para
decirle a los norteamericanos, a su presidente Barak Obama y al mundo lo que tenía que decirle.
Ese es el valor del periodismo que,
planteaba Cardona, sigue vigente a pesar de las tecnologías, y que “no está en
la academia ni en los libros, sino en lo que uno vive, en las vivencias”…
Vinieron una serie de preguntas, como
la que le hizo Ady García López, quien
le inquirió si para la asignación de la publicidad gubernamental, debe medirse
la influencia o el tiraje de los medios impresos. Le contestó con otra pregunta:
“¿A qué le debe apostar un gobierno? A la persuasión”. Y lo razonó: “Las
políticas necesitan de ideas, análisis, traductores de esas ideas, y si no los
tienen, fracasan”.
Y terminó la charla. Y quizá cuando
Rafael Cardona ya estaba en el interior de la aeronave que lo devolvería al DF,
se dio cuenta que no llevaba el pergamino que le entregó en sus manos la
presidente de la ATP, Gloria Karina López, porque a la hora de la ‘foto del
recuerdo’, alguien se lo llevó sin querer queriendo… Ya le darán otro.
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