Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Especial para diario Rumbo Nuevo
Voy a
referirme a la carta ‘aclaratoria’ del secretario de Comunicaciones y
Transportes estatal, José Antonio de la
Vega Asmitia, publicada ayer en ‘Rumbo Nuevo’, a propósito de
señalamientos que hice en la columna ‘Sin Rodeos’ el lunes y martes últimos en que,
a criterio del funcionario, “muchas de las afirmaciones (que hago) faltan a la
verdad y, en algunos casos, resultan difamatorias y calumniantes”.
No
es mi estilo basar mis escritos en falsedades u ofensas para buscar
desprestigiar a personas.
Me reprocha el funcionario porque
señalo que ‘a diez meses que se dio la alternancia, el servicio de transporte
público está en peores condiciones a como lo dejó el granierato’, y me reclama
que afirmó eso “como si tuvieses datos oficiales, estadísticos que al menos te
permitan objetivamente establecer una comparación que avale tu afirmación. No
señalas ningún argumento válido, ninguna prueba, sólo tus dichos que son, en
este caso, juicios de valor personal”.
Él se defiende que recibió un sector
que arrastra problemas que se dejaron crecer los últimos 20 años, “en los que
la SCT abandonó sus funciones como autoridad”. Subraya que no aporto ‘datos
oficiales’ y que carezco de ‘pruebas’. Y me recrimina el título de mi entrega
del lunes: ‘Transporte: anarquía y muerte’, que le parece “tendencioso y
excesivo”.
Creo que no hay que asomarse a los ‘datos
oficiales’ que De la Vega Asmitia guarda en sus oficinas –no en el portal web de SCT– para darse cuenta el caos
imperante en el transporte público.
Yo
lo invitó a que se salga del confort de su despacho y se suba a una ‘combi’ de
los cientos de unidades de ese modelo descontinuadas por la VW hace 16 años que
brindan servicio colectivo y se dé cuenta de su mal estado, de la falta de
precaución de sus choferes y del caos vial que arman en toda Villahermosa.
Lo invitó a que salga a la avenida
frente a su oficina –a la que me invita a visitar–, haga la parada a un taxi y constate
que el ‘servicio especial’ no existe porque la inmensa mayoría funcionan como
transporte colectivo.
Lo invito a que por las noches se dé
una vueltecita por la colonia Gaviotas, y vea cuánto ‘pochimóvil’ circula sin
luces y en forma irregular (‘piratas’).
Lo invitó a que recorra las terminales
de las empresas que dan servicio de transporte a los municipios en unidades
tipo ‘urban’ y corrobore que llevan el doble de pasajeros que los asientos de que
disponen.
Lo invito a que salga a la calle y
pregunte a la gente, que en las paradas espera a pleno sol el paso del ‘Transbús’,
‘microbús’ o ‘combi’, si del ‘granierato’ al ‘cambio verdadero’ han sentido una
mejoría en el servicio de transporte que se les brinda.
No, licenciado De la Vega, sus ‘datos
oficiales’ y afirmaciones no coinciden con la realidad que padecen quienes
tienen que utilizar un servicio de transporte deplorable, ‘peor que en el
granierato’ porque cada día que pasa no ha hecho nada por mejorarlo y las
unidades se degradan más y más.
Tiene buenas intenciones. Pero como a
muchos funcionarios del actual gobierno le faltan resultados palpables a su
gestión.
Llevamos 10 meses, 17 días y las horas
que van corriendo desde que se instauró un gobierno que prometió el ‘cambio
verdadero’ y en muchas cosas seguimos en las mismas, en otras peor, como creo
sucede en el transporte público.
Hoy, no se conoce una información
actualizada del estado que guarda el parque vehicular del transporte público:
número de unidades, modelos, rutas, situación de funcionalidad, estatus legal.
Ni se sabe cuántos choferes hay, ni cuántos han recibido las capacitaciones que
otorga la SCT; lo que se ve en las calles son ‘cafres’ manejando a exceso de
velocidad, sin precaución, por ganarse el pasaje.
No se sabe cuáles son las inversiones o
planes específicos de la SCT, con resultados medibles, para retirar las destartaladas
unidades –como los camiones que refiere del Plan Chontalpa con más de 30 años
en circulación– que representan un peligro para la vida de sus usuarios, como
ocurrió con la camioneta ‘urban’ que el jueves anterior chocó y volcó en
Macuspana, dejando como saldo dos muertos, entre ellos una niña que iba a la
escuela.
Si en eso no hay indolencia, ¿cómo
quiere que le llamemos?
Además, admite y señala presuntos
hechos que pueden ser constitutivos como delitos, como la connivencia de
funcionarios del ‘granierato’ para que operaran transportes ‘piratas’. En su
papel de servidor público –lo sabe, es abogado– no basta la denuncia mediática.
Debió presentar denuncias penales desde el momento que tuvo conocimiento de eso.
Su carta no lo precisa. Esa omisión de su parte huele a complicidad.
Le deseo éxito en su gestión. Ojalá
pueda hacer algo para evitar que el ‘ajuste’ que adelanta ocurrirá pronto en el
transporte público, no sangre más la de por sí decaída economía popular. No
olvide que forma parte de un gobierno de ‘izquierda progresista’.
Decía Julio Scherer García, fundador de ‘Proceso’, que “al periodista lo
avalan los hechos, sin ellos está perdido”. Yo añadiría: “Al periodista lo
avalan los hechos, no las cifras oficiales”. A eso me atengo. Saludos
cordiales.
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