Por Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Especial para diario Rumbo Nuevo
Ya en su faceta de principal fuerza
opositora en la entidad, y tal vez con más ‘votos
duros’ que las otras organizaciones políticas, el PRI ha emprendido un
proceso interno para renovar su dirigencia que pondrá a prueba sus compromisos
con la democracia que pregona, con su militancia y con una sociedad tabasqueña
que, si bien le ‘dio la espalda’ en las urnas el 1° de julio de 2012, está a la
expectativa, vigila sus pasos y su comportamiento en la era de la alternancia
en el poder público en Tabasco.
Tras un largo ‘estira y afloja’ en que ‘coqueteó’ con la posibilidad de imponer un
candidato de ‘línea’ o de ‘unidad’, el Comité Ejecutivo Nacional
(CEN) priista se decidió finalmente porque su nueva dirigencia aquí surja de
una elección con el voto directo y secreto de sus consejeros políticos
nacionales, estatales y municipales, como lo decidió su Consejo Político
Estatal (CPE) el 1° de junio.
De por sí, el
proceso interno que inició el miércoles ya viene con señalamientos de presuntas
irregularidades; unas porque no se han cuidado las formas estatutarias y otras,
porque entre los aspirantes existe la sospecha que hay ‘mano negra’ para favorecer a uno de ellos desde el centro del país.
El caso es que
ya hay convocatoria. Lo que no hay es ‘árbitro’. Y es que
antes que colocara la convocatoria en estrados de la sede del Comité Directivo
Estatal (CDE), Humberto Villegas Zapata,
presentó renuncia a la presidencia de la Comisión Estatal de Procesos Internos
(CEPI).
Aunque había
dicho que también aspiraba a dirigir su partido, Villegas Zapata dijo ayer que
siempre no… El problema ahora es quién lo sustituye. No es un cargo cualquiera.
Tito
Villegas se ‘doctoró en derecho
partidista’ y pocos como él conocen, al
derecho y al revés, los estatutos y los reglamentos que rigen las
contiendas internas para seleccionar dirigentes y candidatos a cargos de
elección popular, así como la legislación electoral mexicana y tabasqueña.
Otros
dos especialistas en el tema son Pedro
Gutiérrez Gutiérrez y Félix Eladio
Sarracino Acuña, que también aspiran a dirigir el PRI.
La
encomienda podría recaer en el dirigente municipal en Centro, Freddy Chablé Torrano o en el vocero
del CDE, Fernando Rosas Cortez. La
decisión debe tomarse pronto en el seno del CPE; sin presidente de la CEPI no
puede haber proceso.
¿Podrán participar todos los que
aspiran? El
presidente provisional del CDE, José
Antonio Aguilar Bodegas, aseguró: “No hay ‘veto’ para nadie como tampoco
hay ‘línea’ para algún aspirante en
especial”, y remarcó que “la convocatoria responde a la realidad política que
vive el partido y a la necesidad que tenemos de reagruparnos y unirnos de cara
al compromiso que nuestro instituto político tiene con la sociedad tabasqueña”.
El
ex senador chiapaneco se pronunció porque los priistas concurran a esta
elección “con la conciencia de que lo que está en juego no es el futuro de
candidaturas o de carreras políticas, sino la recuperación de espacios y el
reposicionamiento del partido en la confianza de la sociedad para ser
competitivos”.
Habrá
que seguir de cerca este proceso interno que se antoja muy, muy interesante y
complicado. Veremos si de verdad es auténtica la democracia interna en el PRI,
con un proceso en que se dé oportunidad de participar a los aspirantes que cumplan
los requisitos, o si se les obstaculiza, condicionándoles los apoyos de
sectores y organizaciones, como ocurrió casi siempre en su historia de partido
hegemónico en Tabasco.
Recordamos
que en el proceso interno del año 2006, se dieron ‘facilidades’ para que todos
los aspirantes a la candidatura para gobernador obtuvieran el registro con el
apoyo de los tres sectores y organizaciones. Ganó la candidatura Andrés Granier Melo y todos quedaron
conformes; la única impugnación –del ahora perredista Óscar Cantón Zetina– fue resuelta favorablemente para el ganador en
el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
En
el 2012, la ‘indisciplina’ del dirigente del entonces sector popular, Félix
Sarracino, permitió a Evaristo Hernández
Cruz ser precandidato a gobernador con el apoyo de la CNOP, y éste fue
derrotado en un proceso ‘amañado’ en que hubo una ‘línea’ para favorecer a Jesús
Alí de la Torre.
Hoy
el PRI vuelve a ponerse a prueba. ¿Apertura o cerrazón? ¿Democracia interna o
simulación?
Decía
Roberto Madrazo Pintado, el ex
gobernador, que “la gente nota, anota y vota”. Y la ciudadanía ya tiene los
ojos puestos en el PRI.
Hasta ahora, las capacidades y
cualidades que se ven entre los aspirantes a dirigir el tricolor, no coinciden
con las posibilidades que se perciben. Ojalá los priistas elijan al dirigente
que se merecen, y de este proceso interno emerja un partido verdadero
competitivo.
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